Fitch Ratings reiteró una serie de mensajes para el gobierno de Gustavo Petro y lo que se espera sea su estructura de política macroeconómica en el corto y mediano plazo. También abordó cuáles son las condicionales que ve para una mejora o una baja en la calificación del país.
Sigue la agencia advirtiendo que podría haber una mejora en las calificaciones de Colombia siempre y cuando la administración de Petro sea capaz de cumplir con la Regla Fiscal.
Cumplir con esa Regla Fiscal mejoraría la credibilidad de la política fiscal al tiempo que lograría una consolidación consistente con una relación deuda/PIB, dice Fitch.
Al tiempo que una buena gobernabilidad en ese sentido “probablemente también respaldaría las mejoras en la solvencia, ya que sería indicativo de una mayor cohesión social y un impulso en torno a las reformas estructurales”.
Pero esto deberá complementarse con un mayor crecimiento económico y que sea sostenido a mediano plazo, incluso por encima de los promedios históricos de Colombia, de alrededor del 3,3 %.
La perspectiva de baja de la calificación
Advierte Fitch que el desfase fiscal que conduce a un deterioro significativo en la relación deuda/PIB de Colombia podría ejercer una presión sobre las calificaciones de Colombia.
Esto mismo mientras haya un deterioro de las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, muy por debajo del potencial histórico de Colombia.
Y lo que esto podría generar a los ya altos niveles de desempleo y pobreza. Sumado a que se dé un deterioro en las cuentas externas y las métricas de deuda, situación que aumenta las vulnerabilidades externas.
Se mantienen pronósticos de crecimiento
Finalmente, Fitch proyecta que Colombia dé cuenta de un crecimiento del orden del 6 % en 2022, impulsado por un consumo fuerte continuo y mejores términos de intercambio.
De cara a la perspectiva del crecimiento del año entrante, la proyección es que se desacelerará notablemente al 2,4 %.
“Esperamos que el crecimiento comience a desacelerarse en el segundo semestre de 2022 a medida que la inflación afecta el consumo de los hogares”, indica el análisis.
Sobre los retos, en 2023 Colombia enfrentará una serie de desafíos, “incluido un ajuste fiscal significativo con impuestos más altos y menores gastos relacionados con la pandemia, el impacto rezagado del ajuste monetario y la incertidumbre de la política macroeconómica bajo una nueva administración, lo que podría afectar negativamente la inversión».