Un reciente informe hecho por expertos del Departamento Nacional de Planeación (DNP) de Colombia advierte de las vulnerabilidades macroeconómicas que traería para el país la transición energética.
De acuerdo con el documento, el sector petrolero ha enfrentado una notable transformación en los últimos cinco años en todo el mundo, que afectará a la economía colombiana.
De una parte, el compromiso alcanzado en el Acuerdo de Paris, de llegar a una neutralidad en carbono para 2050, implica una transformación de la matriz energética, en la que la energía producida por fuentes fósiles es reemplazada por las fuentes renovables.
De la otra parte, el mercado del petróleo ha estado marcado por la invasión de Rusia a Ucrania, lo que ha implicado que los países de Europa occidental busquen nuevos mercados para adquirir el petróleo y gas que antes provenía de Rusia y Ucrania.
Ello, según los expertos del DNP, ha llevado a incrementos importantes del precio internacional de petróleo, gas y carbón, después de la crisis vivida durante el 2020 por causa de la Covid-19.
Como ya se conoce, en el debate sobre cómo llevar a cabo una transformación energética hacia fuentes renovables en Colombia, se ha planteado la reducción de la producción de petróleo, así como la suspensión de nuevos contratos de explotación y exploración petrolera.
Recomendado: La transición energética demandará una reindustrialización de Colombia
“Razón por la cual resulta de crucial relevancia dilucidar debidamente cuáles pueden ser las consecuencias macroeconómicas de este tipo de política”, cita el informe.
Transición energética vs producción de petróleo
En una simulación, el estudio del DNP plantea dos escenarios en los que se reduce gradualmente la producción de petróleo durante ocho y 12 años, respectivamente.
Tras finalizar cada periodo, se interrumpe por completo la producción de petróleo debido a la falta de nuevos contratos de exploración y explotación.
Aquí los resultados muestran una importante disminución de las exportaciones, la cual implica un mayor déficit de la balanza comercial.
Adicionalmente, la IED se reduce sustancialmente al no preverse nuevas inversiones en exploración y explotación hacia futuro.
Por tanto, se generaría un mayor déficit en cuenta corriente para la economía.
“La disminución de los ingresos petroleros en dólares reduce también la capacidad de compra de bienes en el exterior, por lo cual el tamaño del incremento en el déficit en balanza comercial es determinado por la respuesta que tenga las exportaciones o las importaciones a variaciones en la tasa de cambio nominal”, precisó el informe del Departamento Nacional de Planeación de Colombia.
De otra parte, la menor producción petrolera afecta negativamente la inversión de las empresas, ante un aumento en las expectativas de menor crecimiento a largo plazo, en tanto que el consumo de los hogares disminuye por un aumento de los precios, donde los bienes importados finales resultarían mucho más caros.
Así como también aumentarían los costos de producción de bienes vendidos domésticamente.
Esto en conjunto, implicaría una reducción de la demanda agregada, afectando el crecimiento del PIB de la economía.
Recomendado: Gobierno Petro se pronuncia sobre plan de transición energética en Colombia
Más consecuencias de menor producción petrolera
De acuerdo con el documento del DNP, una menor producción petrolera implica una apreciable disminución de los ingresos fiscales, produciéndose un mayor déficit fiscal, el cual podría ser financiado por medio de un mayor endeudamiento por parte del Gobierno.
Esto podría ser tanto internamente que traería incrementos en la tasa de interés doméstica, como externamente lo cual crearía presiones sobre la tasa de cambio.
Con el agravante que en conjunto con un mayor déficit en cuenta corriente llevaría a una mayor devaluación de la tasa de cambio nominal.
Lo que querría decir que la reducción de la producción petrolera llevaría a una contracción del PIB de largo plazo, consecuencia de unos menores niveles de inversión del aparato productivo.
Así como a un incremento en las necesidades de financiamiento, consecuencia de un mayor déficit fiscal y de cuenta corriente.
Ante este panorama es de tener en cuenta que la búsqueda de financiamiento externo se dificultaría con la incertidumbre geopolítica global, que se ha visto reflejada por la invasión de Rusia a Ucrania, así como con las expectativas de altas tasas de interés externas, para contener la inflación internacional por parte de las autoridades monetarias de Estados Unidos y de los países de la Unión Europea.
Además, hay que considerar que la prima de riesgo pagada por Colombia para la consecución de recursos en el exterior se ha incrementado por la pérdida en el grado de inversión en el 2021.
Recomendado: ¿Cómo puede lograr Colombia hacer una buena transición energética?
“(…) la reducción de la producción petrolera en Colombia en el corto y mediano plazo puede generar importantes riesgos para el crecimiento de la economía del país y la estabilidad fiscal y de balanza de pagos”, indicó el estudio del DNP.
Para poder mitigar, al menos parcialmente, este tipo de riesgos habría que necesariamente avanzar hacia la diversificación de la economía para reducir la dependencia del petróleo, de forma tal que se pueda ver como una oportunidad para impulsar la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles y hacia una economía sustentable y resiliente, que a su vez pueda generar nuevos empleos productivos y mejorar la calidad de vida de la población.
En Planeación recomienda que los ingresos de la producción y exportación de petróleo han de servir de fuente clave para la financiación de inversiones inaplazables, ya que ante la elevada dependencia petrolera de la economía colombiana no se contaría, al menos en el mediano plazo, con otras fuentes internas de financiación para la transición propuesta.
¿Cuánto pesa el petróleo en la economía colombiana?
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el sector petrolero no representa una proporción muy elevada en el valor agregado del país, ya que en los últimos diez años esta participación ha sido de 6,4 %.
Sin embargo, es el sector más importante en términos de exportaciones, dado que ha representado el 56,2 % de las exportaciones totales en el último decenio, por lo cual ha sido una fuente importante de ingresos en dólares para la economía.
Adicionalmente, el sector petrolero atrae un importante flujo de ingresos en dólares por medio de la Inversión Extranjera Directa (IED), con una participación promedio para los últimos diez años de 34,9 % del total.
Recomendado: Plan de inversiones de Ecopetrol tendrá amplio foco en transición energética
Entre tanto, el informe del DNP también resaltó que el sector petrolero genera cuantiosos ingresos para el Gobierno, vía impuestos, regalías y dividendos pagados por, que han representado, en promedio para el período 2008 – 2018, el 10,2 % de los ingresos totales del gobierno central, lo cual equivale a 2,7 % del PIB.
Ahora bien, el tamaño del recaudo por parte del sector es determinado por la evolución del precio internacional del petróleo. En los periodos de auge de los precios internacionales (por ejemplo, 2011-2013), se llegó a un recaudo de 3,9 % del PIB, en promedio, mientras que en épocas de precios menos favorables (como 2017 – 2018), el recaudo alcanzo apenas el 1,6 % del PIB.