El tráfico aéreo en Colombia: ¿qué representa para la operación de los aeropuertos?

Hay que conocer que el sistema de tráfico aéreo colombiano se organiza en temporadas semestrales: Summer (marzo a octubre) y Winter (octubre a marzo).

Ampliación obras aeropuerto El Dorado de Bogotá
Foto: Aeropuerto El Dorado de Bogotá. Fuente: ANI

El tráfico aéreo es un concepto que va mucho más allá de los aviones despegando y aterrizando. En Colombia, este sistema impacta directamente la operación de aerolíneas, aeropuertos y, por ende, la experiencia de los usuarios. Entender cómo funciona y los desafíos que enfrenta puede ayudarnos a dimensionar su relevancia en la conectividad y desarrollo económico del país.

El tráfico aéreo se refiere a la cantidad de vuelos que un aeropuerto puede manejar en un periodo de tiempo determinado. Este concepto está estrechamente ligado a la capacidad de las infraestructuras aeroportuarias y a la gestión eficiente de los recursos disponibles. En el caso colombiano, el , ubicado en Bogotá, es el único clasificado como «coordinado», lo que significa que sus operaciones requieren una asignación previa de slots, espacios de tiempo reservados para despegues y aterrizajes.

Para ello, el sistema de tráfico aéreo colombiano se organiza en temporadas semestrales: Summer (marzo a octubre) y Winter (octubre a marzo). En cada ciclo, las aerolíneas, junto con la Aeronáutica Civil, planifican sus operaciones con meses de anticipación, ajustándose a la capacidad operativa del aeropuerto.

El Dorado: eje del tráfico aéreo nacional

El Aeropuerto El Dorado opera con una capacidad de 74 movimientos por hora, aunque estudios técnicos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) sugieren que lo ideal sería 68. Esta diferencia genera, en ocasiones, un exceso de saturación que impacta la eficiencia del sistema. Además, factores como el clima, los sistemas tecnológicos y la falta de planeación estratégica agravan los problemas operativos.

Aeropuerto El Dorado de Bogotá
Aeropuerto El Dorado de Bogotá. Foto: Valora Analitik

Además de esto hay otros factores que pueden afectar el tráfico aéreo en Colombia:

  1. Capacidad vs. demanda: Aunque se han implementado ajustes para equilibrar los horarios de mayor demanda, sigue existiendo una falta de predictibilidad que genera retrasos y cancelaciones.
  2. Clima: Bogotá, con frecuentes días de niebla y lluvia, es particularmente vulnerable. La falta de sistemas adecuados, como el ILS (Instrument Landing System), reduce la resiliencia del aeropuerto frente a estas condiciones.
  3. Gestión estratégica: A pesar de contar con diagnósticos sobre las necesidades del sistema, podría darse un impulso a las 23 iniciativas identificadas por la IATA para mejorar la capacidad de los aeropuertos.
  4. Desbalance en las operaciones: Las operaciones regulares, no regulares (charters y cargueros) y estatales compiten por los mismos slots, lo que complica la planificación y aumenta la saturación en horas pico.

Impacto en aerolíneas y pasajeros

La falta de planeación y gestión tiene consecuencias directas sobre las aerolíneas, que enfrentan mayores costos operativos y retos logísticos para reacomodar a pasajeros afectados por retrasos o cancelaciones. Para los usuarios, esto se traduce en largas esperas, itinerarios interrumpidos y, en casos extremos, pérdida de conexiones internacionales.

En este sentido, los siguientes cuatro puntos podrían potenciar una mejor operación aérea en el país:

  1. Implementar un sistema de gestión integral: Es fundamental coordinar todos los subsistemas, desde plataformas y counters hasta pistas y terminales, para garantizar una capacidad operativa realista.
  2. Ajustar la capacidad declarada: El enfoque debe ser técnico. Declarar capacidades sostenibles evitaría saturaciones y mejoraría la experiencia de los pasajeros.
  3. Invertir en infraestructura y tecnología: La modernización de sistemas como el ILS y la expansión de las instalaciones son pasos clave para enfrentar la creciente demanda.

De esta manera, el tráfico aéreo en Colombia es un constante desafío que requiere una visión estratégica y un compromiso conjunto de aerolíneas, autoridades y concesionarios.

Mejorar la planificación y la capacidad operativa no solo impulsará el turismo y el comercio, sino que también consolidará a los aeropuertos del país como referentes de eficiencia en la región. Para los pasajeros, esto significará una experiencia más fluida y confiable, clave para fomentar la conectividad nacional e internacional.

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