La década que apenas inicia, da lugar a una cuenta regresiva que deben tener en cuenta los distintos países que se acogieron al Acuerdo de París, pues para el 2030 deberán lograr resultados contra el cambio climático y la emisión de gases de efecto invernadero. Para más información de Valora Sostenible haga clic aquí.
La búsqueda por la protección del medioambiente, es una gran apuesta de las empresas, la cual se podría traducir en el foco central que les permitirá lograr las metas propuestas. Es por ello que surge la necesidad de acelerar iniciativas en procura de la reducción de las emisiones para el 2030 como primer objetivo consecuentemente continuar con mayores esfuerzos para tener aún mejores resultados en el año 2050.
Al respecto, Luis Martínez, coordinador de negocios en sostenibilidad de Bureau Veritas, señaló que “todas las compañías o en su mayoría, durante sus operaciones generan gases de efecto invernadero que tienen un impacto en el clima del planeta y es lo que trae como consecuencia un mayor número de fenómenos naturales cada año. Por ende, tienen una responsabilidad social en trabajar para contribuir y minimizar ese impacto negativo en el planeta”.
Colombia hace parte del Acuerdo de Paris, y al acogerlo se comprometió a reducir las emisiones en 51 % para 2030, trabajando en las industrias con más aportes en CO2 como el agro, transporte, la construcción y el industrial, entre otros.
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El punto es que muchas veces las empresas se preguntan: ¿cómo lograr un cambio? Martínez explicó que “lo primero que debe hacer una organización es entender en qué estado se encuentra, para ser precisos, debe realizar una medición de gases de efecto invernadero y de esa manera establecer cuántas toneladas produce cada año”.
A partir de allí, podrán hacer un plan de reducción, por ejemplo, aplicando un mejor uso de energía eléctrica ya sea a través de programas de uso eficiente de energía o a través del uso de energías renovables, asegurar una adecuada disposición de residuos, implementar planes de movilidad limpia como las bicicletas, usar más gas natural o transformaciones tecnológicas, mostrando que existen distintas vías.
“El siguiente paso es realización de una nueva medición para entender si realmente la implementación está dando resultados y se logró una contracción de la emisión de gases de efecto invernadero. Con este, se emite un análisis y una declaración de los gases de efecto invernadero para determinar el número de toneladas CO2 generadas y reducidas, con ello una empresa puede emprender iniciativas de compensación sobre las toneladas que no pudieron ser reducidas y de esta manera convertirse en carbono neutro”, detalló el experto en sostenibilidad.
En línea con el Acuerdo de París, en el cual fijan las medidas que se deben adoptar en el mundo para que se mueva hacia una economía sostenible y baja en carbono, representa una oportunidad de competitividad para las empresas ecoamigables.
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No obstante, asumir este compromiso ambiental requiere tener en cuenta tres elementos clave:
¿Qué beneficios tienen las empresas carbono neutrales?
Para dar un panorama de cómo funciona, la idea es que, si una empresa pasó de generar 1.000 toneladas de CO2e (dióxido de carbono equivalente) a 900 CO2e, podrá ir al mercado de bonos de carbono y comprar un bono de carbono por cada tonelada de este gas de efecto invernadero generada; es decir, un bono de carbono es equivalente a una tonelada de CO2e.
En ese punto se revisa la adecuada compra de los bonos, que sean legítimos, analizando de qué proyecto vienen y que cumplan con una serie de requisitos y condiciones, para emitir una nueva declaración como compañía de carbono neutro, la cual se habría obtenido por vías de reducción y compensación con los bonos que se compraron.
Vale la pena destacar que este trabajo va más allá de una responsabilidad social. Esto trae otras implicaciones y beneficios para las empresas.
Por ejemplo, para licitar ya existen grandes organizaciones que piden a sus contratistas y proveedores que presenten sus planes de reducción de gases invernadero y hasta certificación de carbono neutro, como es el caso de algunas empresas petroleras.
Otro de los beneficios de implementar estrategias de reducción es que se hacen más eficientes los procesos financieramente, ya que al gestionar mejor de sus residuos se generan menos gastos por disposición final o disminuir el consumo de energía eléctrica reduce el gasto mismo en ese rubro, por dar dos ejemplos.
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“Además, existe un beneficio reputacional de alto impacto y es la misma razón por la que las grandes empresas hoy por hoy generan reportes de sostenibilidad, mecanismo de rendición de cuentas a través del cual le informan a sus partes interesadas cómo ha sido su desempeño en aspectos económicos, ambientales y sociales. Lo anterior trae como resultado que muchas veces se genere la valorización de las acciones, para aquellas empresas que cotizan en bolsa”, indicó Martínez.
En Colombia hay intentos destacables de lograr avances en este asunto; en el sector aeroportuario, por ejemplo, hay aeropuertos que están buscando sumarse a iniciativas de verificación de reducción de gases de efecto invernadero.
Según Bureau Veritas, uno de los sectores más importantes que debería avanzar es el de transporte, ya que los países que lideran las mejores prácticas de descarbonización han transformado sus flotas a GNS o la adquisición de vehículos que generan menos emisiones con combustibles renovables. “El sector construcción y desde el luego el industrial, también deberán aportar su granito de arena”, expuso el experto Martínez.
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