Colombia aspira a reducir en un 51 % sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a 2030 y alcanzar la carbono neutralidad a 2050.
El Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) plantea que para lograr este propósito es fundamental articular la tecnología, pues esta se convierte, cada vez más, en una aliada imprescindible de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dado que tiene el potencial de acelerar el cumplimiento, interconectar actores y reducir el coste de los procesos y acciones que se requieren para alcanzar las metas trazadas en la Agenda 2030. Vea más en Valora Sostenible.
Fomentar el consumo responsable y la conservación y preservación del medio ambiente son propósitos clave para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), planteados por la ONU.
Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), asegura que “hoy en día el uso de tecnologías más limpias en los procesos de producción, la incorporación de energías alternativas renovables, el aprovechamiento más eficiente de los recursos, las transformaciones en la logística apoyadas por la digitalización y la virtualización, así como el desarrollo de cadenas de suministro circulares apoyadas por la inteligencia artificial y el internet de las cosas, adquieren un rol central para proteger el medio ambiente”.
Por ejemplo, implementar medidas de control para evitar la generación de emisiones, así como medir la concentración de contaminantes y modelar su comportamiento en el entorno es fundamental para identificar el impacto ambiental de actividades, proyectos u obras de las empresas.
En este sentido, las innovaciones tecnológicas para la predicción, el control y mitigación de emisiones cobran relevancia para la toma de decisiones. En el sector agropecuario, los avances en la agricultura de precisión, el uso de drones y sensores, los sistemas de riego eficiente, la incorporación de maquinaria agrícola inteligente y la implementación de softwares que permiten mapear condiciones climáticas están ayudando a incrementar el rendimiento y la productividad de los cultivos.
Según la Cepal, adquirir buenas prácticas agrícolas soportadas en la tecnología está aportando a la eficiencia en el consumo de recursos naturales y agentes químicos. A su vez, algunas innovaciones tecnológicas en el sector manufacturero y alimenticio le apuntan al análisis de ciclo de vida de los productos y el ecodiseño que han permitido, entre otras acciones, la elaboración de envases y embalajes a partir de plástico reciclado y fibras vegetales, biopolímeros y nanomateriales que adquieren características biodegradables, reciclables e incluso compostables.
Por su parte, industrias como la automotriz le apuntan a una movilidad sostenible mediante el desarrollo de vehículos con motores eléctricos e híbridos, la construcción de electro corredores y la creación de aplicaciones digitales que favorecen el uso compartido del carro, el alquiler de bicicletas y la planeación eficiente de rutas.
Según datos de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible – Andemos, solo en 2021 se duplicaron las ventas de los carros eléctricos e híbridos en América Latina. En Colombia, fueron matriculados 16.406 autos híbridos el año pasado y alrededor de 2683 motocicletas con tecnología BEV.
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En el ámbito de la construcción, la energía solar y eólica se utiliza cada vez más en las edificaciones sostenibles. También se están incorporando soluciones tecnológicas centradas en un uso más eficiente del agua, el uso de materiales inteligentes y el reciclaje de escombros.
Soluciones tecnológicas a la medida del país
En Colombia uno de las principales desafíos en materia ambiental es parar la deforestación. Según el inventario de Gases Efecto Invernadero (GEI), en Colombia la deforestación, los cambios en el uso del suelo y las actividades agropecuarias aportan el 66 % de las emisiones nacionales. A lo anterior se le suma una problemática ambiental que, además, es una amenaza a la salud pública en el país: la contaminación por material particulado.
Según el Informe de Carga de Enfermedad Ambiental en Colombia, elaborado por el Observatorio Nacional de Salud del Instituto Nacional de Salud (INS), la mala calidad del aire es responsable de 15.681 muertes anuales. Bajo esta realidad nacional, se han empezado a implementar tecnologías que, justamente, ataquen la deforestación y la contaminación atmosférica.
Por ello, la Caem, en alianza con el sector público, el privado y varias ONG ha venido trabajando en la implementación de innovaciones tecnológicas que contribuyan a mejorar el desempeño ambiental de las micro, pequeñas y medianas empresas y de las comunidades en zonas rurales.
Más herramientas digitales para la sostenibilidad en Colombia
Adriana Solano, presidenta del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), afirma que “es indispensable fortalecer los programas de ciencia y tecnología que permitan ampliar el conocimiento en el país sobre la contaminación y sus efectos, así como el desarrollo de tecnologías que se acoplen de mejor manera a las necesidades que tiene Colombia”.
Algunos de los proyectos desarrollados hasta ahora se concentran en la reconversión tecnológica de calderas, hornos y motores de baja eficiencia; la creación de herramientas digitales de autodiagnóstico; la optimización de procesos mediante soluciones tecnológicas y la implementación de proyectos de eficiencia energética y desarrollo bajo en carbono en empresas del sector industrial.
“El mundo ha entrado en una era en la que las tecnologías buscan optimizar el desempeño ambiental y allí hay importantes avances y desarrollos que ya se están aplicando con éxito en las economías más avanzadas. Las soluciones ya están creadas y en proceso continuo de mejora, pero tienen unos altos costos y requieren un importante grado de inversión. Aquí la pregunta que debemos hacernos es: ¿está el sector productivo colombiano preparado para adoptarlas?”, dice Henry Garay, director ejecutivo de la Corporación Ambiental Empresarial (Caem).
Por ello, “el reto para el país y para su aparato productivo consiste en buscar oportunidades de cooperación internacional que favorezcan la transferencia de tecnologías y el intercambio de conocimientos, así como la creación y acceso a fondos de inversión en tecnologías limpias que permitan financiar programas y proyectos de reconversión tecnológica baja en emisiones mediante líneas de crédito verdes, subsidios, beneficios tributarios y otros incentivos económicos”, concluye Solano.