Un grupo de empresarios colombianos crearon una tecnología que reemplaza plásticos de un solo uso en la construcción, uno de los sectores que tiene mayores niveles de contaminación.
Se trata de Glasst, una compañía tecnológica que fabricó el primer sustituto biodegradable para las películas plásticas utilizadas en la protección de vidrios y otras superficies frágiles.
Esta solución, basada en la tecnología Glasstommer, es el único recubrimiento biodegradable que existe en el país y Latinoamérica, y que fue elaborado con materias primas provenientes de fuentes naturales y renovables.
Según Juan Camilo Botero, CEO de Glasst, “a diferencia de los plásticos tradicionales que tardan entre 100 y 1.000 años en descomponerse, este protector se biodegrada en un máximo de uno a tres años, dependiendo de las condiciones ambientales”.
Tecnología que reemplaza plásticos de un solo uso en la construcción
De esta forma, los empresarios colombianos crearon la tecnología que reemplaza plásticos de un solo uso en la construcción.
Según el CEO de la compañía, el impacto de esta solución se evidencia en que cada kilogramo utilizado de este producto captura 11 kg de dióxido de carbono (CO2) equivalentes, contribuyendo así a la disminución de gases de efecto invernadero y reduciendo la huella de carbono de las construcciones.
“Además, permite ahorrar entre un 30 % y 50 % los tiempos de limpieza en las obras y reduce hasta en un 100 % los costos de disposición y manejo de residuos”, indicó.
Asimismo, agrego que el protector ofrece una alternativa de reciclaje luego de que cumpla su uso. debido a que puede ser utilizado como componente en la fabricación de diversos productos de caucho, topes para llantas, pisos, resaltos, canchas infantiles y sintéticas, entre otros.
Vale indicar que este avance científico ha sido patentado en Colombia, Estados Unidos, Reino Unido y Hong Kong. Igualmente, se adelanta este mismo proceso en otros 14 países.
Según datos de la empresa, Glasst invirtió tres años para desarrollar esta tecnología y destinó un capital de $2.000 millones para su desarrollo.
A la fecha 97 obras y 4 grandes proyectos han aplicado este producto, entre ellos la Torre San Martín en Bogotá y las salas de venta de la constructora Marval en la capital del país.