Un fiscal para el caso Odebrecht, presentó ante un juez con función de control de garantías de Bogotá a siete exfuncionarios de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), presuntamente implicados en irregularidades contractuales cometidas en la construcción de un tramo de 528 kilómetros entre los municipios de Puerto Salgar (Cundinamarca) y San Roque (Cesar), en la llamada Ruta del Sol II.
Se trata de Alexandra Lozano Vergara, gerente de proyectos y gestión contractual; María Clara Garrido, vicepresidenta administrativa; y Beatriz Eugenia Morales Vélez, vicepresidenta de estructuración.
Además de los asesores, Harbey José Carrascal Quintero, Marcelo Enrique Cano del Castillo, Mónica Rocío Adarme Manosalva y Nora Patricia Acero Pérez.
El caso de la ANI y la Ruta Del Sol
La Fiscalía informó que durante la investigación se evidenció que las personas mencionadas, según sus responsabilidades individuales, habrían proyectado, revisado, tramitado y aprobado cinco otrosíes al contrato 01 de 2010, los cuales generaron beneficios técnicos, jurídicos y financieros al concesionario del cual hacía parte la constructora Odebrecht.
“Material de prueba en poder de la Fiscalía evidencia que los ahora judicializados habrían vulnerado los principios de trasparencia, economía y responsabilidad debido a que los otrosíes no contaban con estudios solidos técnicos de conveniencia, ni de planeación”, dijo la Fiscalía.
Los acusados son señalados de llevar a cabo prácticas ilegales con el fin de mejorar las finanzas del concesionario, incrementando su flujo de efectivo y permitiéndole recibir adelantos de fondos sin completar el proyecto, evitando asumir deudas, entre otras irregularidades.
El material probatorio da cuenta que la Fiscalía constató que dos de los otrosíes ampliaron plazos para la ejecución de algunos tramos de proyectos, con lo cual el concesionario evitó procesos sancionatorios y dejó de pagar multas superiores a $35.883 millones por incumplimientos.
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Además, se presume que se modificaron aspectos técnicos y formas de pago, permitiéndole al concesionario acceder a un anticipo de $17.823 millones al que no tenía derecho y obtener mayor flujo de caja.
Esto habría causado una afectación financiera a la ANI por más de $2.227 millones.
Por estos hechos, la Fiscalía imputó a los presuntos responsables el delito de interés indebido en la celebración de contratos. Cargo que no fue aceptado por ninguno de los procesados.