El exministro de Defensa Shigeru Ishiba ganó este viernes las elecciones para el liderazgo del gobernante al Partido Liberal Democrático (PLD), asegurando su puesto como próximo primer ministro de Japón.
Ishiba deberá ser ratificado por el Parlamento para posicionarse, pues fue el candidato que sumó más apoyos en la segunda ronda de votos de los comicios internos del Partido Liberal Democrático (PLD) y sucederá a Fumio Kishida al frente de la formación conservadora y del Gobierno.
El próximo primer ministro de Japón, de 67 años, se hizo con 215 de los 415 votos emitidos en la segunda vuelta de los comicios, en la que se enfrentaba a Sanae Takaichi, actual ministra de Seguridad Económica y ganadora de la primera ronda de las primarias.
La segunda vuelta se celebró después de que ninguno de los nueve candidatos que se postularon para liderar la formación nipona (cifra récord) obtuviera más del 50 % de los votos en la primera ronda.
Perfil de Shigeru Ishiba, para ser primer ministro de Japón
Parlamentario desde 1986, Ishiba fue ministro de Defensa de 2007 a 2008, ministro de Agricultura de 2008 a 2009, secretario general del PLD de 2012 a 2014, y ministro de Revitalización Económica de 2014 a 2016, según el diario ABC.
Intentó ser primer ministro de Japón en 2008, 2012, 2018 y 2020. Pero en esta ocasión le ganó a su mayor oponente, Sanae Takaishi, quien es de extrema derecha (conservadora).
Siendo así, Ishiba se ha presentado en cinco ocasiones a las elecciones para el puesto más importante de Japón, pero esta vez lo logró a pesar de tener 194 votos en contra.
El líder del Partido Liberal Democrático deberá lidiar con las amenazas de seguridad regional, con una China cada vez más firme en política exterior y más cercana a Rusia y con los frecuentes ensayos de armas de Corea del Norte.
El próximo martes 1 de octubre el Parlamento se reunirá para posicionarlo como primer ministro y podrá empezar a ejecutar sus funciones.
A nivel doméstico, tendrá la misión de reimpulsar la economía y atenuar los efectos en los hogares de la inflación y la caída del yen, que ha encarecido las importaciones.
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