La desaceleración de varios sectores económicos que representan una gran contribución para el recaudo de impuestos podría explicar por qué las metas de ingresos tributarios del Gobierno no se cumplieron y fue necesario un recorte en el gasto de $28,4 billones.
Los sectores de hidrocarburos, industria y comercio, que han sido en años anteriores muy relevantes para el recaudo impositivo en materia de renta corporativa (participan con más del 60 %) siguen exhibiendo cifras de caída en actividad con corte al tercer trimestre de este año, según el centro de investigación económica Anif.
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Mientras el valor agregado en el sector de minas y canteras tuvo una caída de 7,1 % anual, la industria se contrajo 1,3 % y el sector de comercio exhibió un crecimiento inferior al 2,1 % de la economía como un todo (1 %).
Ya en abril, ANIF había advertido que la divergencia sectorial, sobre todo en las actividades de mayor contribución al impuesto de renta corporativa y el resto, tendría un efecto adverso en el recaudo tributario, sumado al menor crecimiento económico en 2023 y 2024.
Fuente: ANIF.
Sin embargo, el Gobierno se ha mantenido en que la caída en las cifras de recaudo se explica por un error de calibración en los anticipos de renta por cuenta de un decreto de febrero de 2023, firmado por el entonces ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, que condujo a un mayor recaudo en 2023 en detrimento de los ingresos fiscales de 2024.
De acuerdo con ANIF, el recaudo en materia de renta aumentó mucho más que la actividad económica el año pasado. “Este desfase puede explicar parcialmente por qué las cifras de recaudo en 2024 exhiben importantes caídas”.
El centro de estudios hizo una proyección simulando el recaudo de renta corporativa con base en el crecimiento del PIB nominal para aislar el efecto de mayores anticipos y encontró que el recaudo bruto con corte a septiembre habría sido de $208 billones, solo $2 billones superior al observado.
Para calcular el impacto de los anticipos en 2023, estimó el “exceso” de recaudo en renta el año pasado y lo sumó a los ingresos fiscales en 2024 acordes con el crecimiento económico. Por esta vía, supone que los ingresos tributarios brutos ascenderían a $235 billones los primeros tres trimestres de este año.
También simuló el recaudo de renta en función del PIB de los sectores más relevantes desde el punto de vista de renta corporativa, antes mencionados, para concluir que el recaudo hubiera sido $17 billones superior si no se hubieran dado mayores anticipos de renta en 2023 y $12 billones mayor si el efecto de composición del crecimiento no estuviera presente en la economía.
“Estos cálculos sugieren que el efecto de los anticipos fue importante, pero no explica la totalidad de la caída del recaudo en 2024”, concluyó ANIF. Aunque reconoce que puede haber, además, otras explicaciones basadas en problemas en la gestión de la DIAN o la formalidad empresarial.
El desafío está en que el próximo año la recuperación del crecimiento económico será gradual y no hay garantía de que se comporte de igual forma en todos los sectores, por lo que el recaudo tributario podría esta de nuevo por debajo de las estimaciones ($289 billones, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo). ANIF hizo un llamado al Gobierno para el manejo prudencial de la planeación fiscal, pues ve improbable que los ingresos del Gobierno Nacional Central lleguen a $343 billones el otro año, como se presupone en el Presupuesto General de la Nación para 2025.
