La agencia internacional S&P Global Ratings revisó hoy la perspectiva de México a negativa, al tiempo que confirmó las calificaciones en moneda extranjera de ‘BBB+’ y ‘A-2’ y en moneda local de ‘A-’ y ‘A-2’
Espera que la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador implemente políticas económicas pragmáticas que balanceen las prioridades sociales con la necesidad de mantener estabilidad macroeconómica.
Sin embargo, dijo que el cambio en políticas públicas dirigido a reducir la participación de la iniciativa privada en el sector energético, aunado a otros eventos que han disminuido la confianza de los inversionistas, podría aumentar los pasivos contingentes del soberano y reducir el crecimiento económico.
La perspectiva negativa refleja la opinión de la firma de que los potencialmente mayores pasivos contingentes y una menor previsión de crecimiento económico podrían erosionar el perfil financiero del soberano, de tal forma que esto podría llevarnos a bajar la calificación.
La perspectiva negativa, dijo, refleja que existe una probabilidad de, al menos una en tres, de que baje las calificaciones del soberano durante el siguiente año.
Además, refleja el riesgo de que un reciente cambio en políticas públicas dirigido a reducir la participación de la iniciativa privada en el sector energético, aunado a otros eventos que han afectado negativamente la confianza de los inversionistas, podría aumentar los pasivos contingentes del soberano y disminuir el crecimiento económico.
El consecuente debilitamiento del perfil financiero del soberano podría llevarnos a bajar las calificaciones.
La nueva estrategia para el sector energético coloca una carga financiera adicional sobre Petróleos Mexicanos (Pemex), la cual tiene un legado de débil desempeño operativo y financiero, además de afrontar limitaciones en sus capacidades técnicas.
Pemex continúa presentando una carga fiscal elevada, incluso a pesar de un reciente cambio en su esquema tributario que mejora modestamente su flujo de efectivo.
Con base en políticas anteriores y considerando eventos recientes (tales como una inyección de capital presupuestada en 2019), la agencia supone que el gobierno continuará brindando respaldo financiero y de otro tipo a la petrolera mexicana.
Así, continúa considerando que existe una probabilidad ‘casi cierta’ de respaldo extraordinario del gobierno, por lo que igualamos la calificación de Pemex con la del soberano.
La combinación de un débil perfil financiero y la necesidad de tomar un rol más activo en el sector energético por parte de Pemex podría aumentar el riesgo de mayores pasivos contingentes para el soberano.
También existe un riesgo de que la menor inversión del sector privado genere menores previsiones de crecimiento económico, lo que debilitaría la resiliencia económica del país.
Ello, a su vez, podría contribuir a un deterioro fiscal y a generar incertidumbre en el mercado financiero, lo que empeoraría el perfil financiero del soberano y llevaría a bajar la calificación.
Por el contrario, dijo que la conducción de una política económica efectiva que mantenga déficits fiscales moderados, aliente la inversión y aumente la confianza de los inversionistas fortalecería el panorama de crecimiento del PIB y contribuiría a mantener finanzas públicas estables.
Esto, aunado a una contención de los potenciales pasivos contingentes de Pemex, podría evitar la erosión del perfil financiero del soberano.
Concluyó que podría regresar la perspectiva a estable durante el siguiente año bajo este escenario.