La agencia calificadora de riesgo S&P Global Ratings confirmó las calificaciones soberanas en moneda extranjera de largo y corto plazo en escala global de ‘BBB+’ y ‘A-2’, respectivamente, de los Estados Unidos Mexicanos (México).
Al mismo tiempo, confirmó sus calificaciones soberanas en moneda local de largo plazo en moneda local de largo y corto plazo de ‘A-‘ y ‘A-2’, respectivamente.
La perspectiva de las calificaciones de largo plazo se mantiene en “estable”.
Asimismo, confirmó su evaluación de riesgo de transferencia y convertibilidad (T&C) de ‘A+’.
La perspectiva estable refleja la expectativa de la agencia de la continuidad de las políticas económicas en los próximos dos años, junto con una política fiscal que contenga el nivel de deuda del gobierno general.
Espera que los tres gobiernos involucrados en la renegociación actual del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) –Estados Unidos, Canadá y México– lleguen finalmente a un nuevo acuerdo que preserve en gran medida el comercio y los vínculos financieros transfronterizos que apuntalan la economía de América del Norte.
Una alteración inesperada en los vínculos comerciales y de inversión entre México, Estados Unidos y Canadá, o un cambio negativo no previsto en las políticas fiscales u otras políticas económicas posteriores a las elecciones que se llevarán a cabo en julio en México, podría afectar las expectativas de crecimiento del producto interno bruto (PIB) del país, dijo la firma.
Un bajo crecimiento del PIB, en combinación con déficits fiscales mayores que los esperados, dificultaría que la próxima administración estabilice su deuda como porcentaje del PIB en los próximos dos años.
De manera similar, considera que cambios inesperados en las políticas del sector de energía, incluyendo medidas que debiliten la salud financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex) o de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), podrían aumentar los pasivos contingentes potenciales del soberano. La erosión gradual resultante del perfil financiero del soberano elevaría la vulnerabilidad de las finanzas públicas ante shocks adversos, lo que nos llevaría a bajar las calificaciones soberanas.
En el largo plazo, el crecimiento económico más rápido y una consolidación fiscal mejor que la que espera S&P podría fortalecer los perfiles fiscal y externo de México. Esto, aunado al desarrollo continuo de los mercados de capitales locales y a un historial más largo deuna política monetaria creíble seguida por el banco central, podría reducir las vulnerabilidades externas y llevar a subir las calificacionessoberanas en los próximos dos años.
La agencia dijo en un comunicado que las calificaciones de México reflejan su historial de cautelosas políticas fiscales y monetarias, lo que ha contribuido a limitar los déficits gubernamentales y a mantener una baja inflación, así como un nivel moderado de deuda externa.
Agrega que la combinación de políticas económicas previsibles y una economía flexible ha permitido que el país se ajuste a las cambiantes condiciones internacionales, entre ellas, una caída considerable en el precio del petróleo en 2014, la volatilidad del tipo decambio y la incertidumbre sobre el destino del TLCAN, al tiempo que mantiene un crecimiento estable y contiene la inflación.
La independencia del banco central del país cuenta con la credibilidad del mercado con base en su capacidad para mantener bajos niveles de inflación. El peso mexicano es una moneda de libre flotación y, de acuerdo con la definición en nuestros criterios, una moneda que se negocia activamente.
Las calificaciones también consideran nuestra estimación del PIB per cápita de México en alrededor de US$9,900 en 2018.
“Nuestra evaluación institucional de México refleja la madurez de su democracia, en la que los partidos comparten de manera creciente el poder en los niveles de gobierno nacional y local. La democracia ha traído estabilidad y cambios regulares de gobierno en el país; sin embargo, no ha reducido la percepción de corrupción y de una débil aplicación de la ley”, detalla el informe.
Espera que el crecimiento del PIB supere ligeramente el 2% en 2018 y durante 2019-2021 (o a penas por debajo del 2% per cápita), suponiendo un crecimiento constante en Estados Unidos, una amplia continuidad de las políticas económicas clave en México y un incremento gradual de la inversión privada en el sector de energía.
Finalmente, proyecta que la deuda del gobierno general (que incluye a los gobiernos locales) aumente, en promedio, entre 3% y 3.5% del PIB anualmente en los próximos tres años, mientras la carga de intereses (intereses sobre ingresos) del gobierno general semantendrá por debajo de 10%. Proyecta que el déficit del gobierno general oscile por encima de 3% del PIB en promedio en los próximos tres años.