Como ya se conoce, el Gobierno de Colombia ha señalado que Rusia ha estado ejecutando labores de espionaje político y económico en diferentes regiones, empresas y entidades del país.
Según El Tiempo, los agentes de inteligencia rusos Alexander Paristov y Alexander Belousov reclutaron informantes y estaban recogiendo datos clave sobre recursos minerales, redes eléctricas, infraestructura petrolera y las centrales hidroeléctricas de Colombia. Incluso señalaron que con el de Colombia, es el sexto caso en línea de expulsión de diplomáticos rusos en 2020, luego de que, a principios de este año, fueran sacados por Bulgaria, Austria, Noruega, Eslovaquia y la República Checa.
En todos los casos, Rusia tomó medidas espejo: expulsó al mismo número de funcionarios de esos países de su territorio. Para Rusia, en efecto, no es novedad que lo acusen de espionaje, a pesar de que ya salió a negar los señalamientos de Bogotá.
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El Tiempo tuvo acceso a un informe en el que se dan detalles de la llamada ‘Operación Enigma’, que dejó al descubierto el espionaje. El dato más relevante es que fueron agentes británicos y estadounidenses los que alertaron a Colombia sobre la llegada al país, desde 2017, de al menos 23 ‘diplomáticos’ con perfiles atípicos y nexos con las agencias de inteligencia rusas.
Según oficiales de inteligencia de Colombia, mientras el ministro de Industria y Comercio de la Federación Rusa, Denis Manturov, restablecía la compra de carne bovina colombiana y busca negocios en sectores de energía, aviación, férreo y farmacéutico, los agentes comenzaban a extender una red de informantes en empresas públicas y privadas.
De acuerdo con El Tiempo, la información de espionaje sobre Colombia salía exclusivamente por Venezuela, pero se abrió otra compuerta por Rusia. Entre los datos que se han filtrado, es que Ecopetrol estaba en la lista de objetivos de los rusos.
El periódico nacional se contactó con uno de los informantes dentro de esta trama, y este entregó información del marcado interés ruso por la petrolera, en su mayoría de propiedad estatal.
Las declaraciones de la fuente revelaron que Rusia viene desplegando una estrategia macroeconómica global que se podría ver afectada por planes a largo plazo de varias petroleras, incluida la empresa colombiana. “Los ambientalistas no son los únicos que se oponen a que en Colombia y en otros países haya fracking (fractura hidráulica para extraer crudo y gas). Ese gas en abundancia sería competencia directa para el de Rusia, que abastece a Europa, un mercado que le otorga poder económico, pero también político al gobierno de Vladimir Putín”, explicó la fuente a El Tiempo.
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Y entregó documentos de Estados Unidos donde se habla de una trama rusa detrás de las protestas antifracking en algunos países. Uno de ellos, de 2018, fue hecho por el Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. “Agentes patrocinados por Rusia canalizaron dinero a Estados Unidos para organizaciones ambientales, en un intento por desacreditar a las empresas energéticas de manera negativa y perturbar los mercados energéticos nacionales”, dice el informe.
La producción de Ecopetrol en la cuenca Permian de Estados Unidos, que iniciaron a finales del año pasado, la ubica entre los primeros diez campos productores de la empresa con técnica de fracking.
Incluso, de acuerdo con El Tiempo, también hubo un intento fallido por penetrar el Banco de la República. Y aunque hasta ahora se están conociendo los alcances del espionaje, se da por descontado que Venezuela tuvo un rol clave.
(Con información de El Tiempo)
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