En el dinámico ecosistema financiero de Colombia, los medios de pago digitales se están transformando a una velocidad inesperada, marcando el camino hacia un futuro más inclusivo y eficiente. Según Juliana Peña, vicepresidenta de pagos para América Latina en BPC, este cambio está impulsado por factores clave como la digitalización, los nuevos actores en el mercado, y la interoperabilidad. Pero, ¿qué significa esto para Colombia y por qué es crucial entenderlo para 2025?
Peña destaca que la digitalización está superando la bancarización como motor principal de inclusión financiera. Este fenómeno se evidencia en el crecimiento de soluciones digitales ofrecidas por bancos tradicionales y neobancos, así como en el auge de startups del segmento fintech que están cambiando las reglas del juego. Según la ejecutiva, para 2025 más del 70 % de las transacciones en Colombia serán digitales, una cifra sorprendente considerando el contexto actual.
Este cambio está estrechamente ligado a la popularización de herramientas como los códigos QR, que ofrecen una solución accesible, segura y práctica para pequeños comercios y microempresarios. «El QR es el primer paso para formalizar pagos electrónicos en segmentos históricamente desatendidos», comenta Peña, resaltando su relevancia para fomentar la economía informal.
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Interoperabilidad: clave para el crecimiento
Un aspecto crucial para garantizar el éxito de este cambio es la interoperabilidad, es decir, la capacidad de que los diferentes sistemas de pago trabajen juntos de manera fluida. Esto no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también fortalece la confianza en el sistema.
Peña subraya que iniciativas como Transfiya están evolucionando para ofrecer una experiencia más estable y funcional, consolidándose como una solución estratégica a mediano plazo. Así mismo, con la entrada esperada de Bre-B, el sistema de pagos inmediatos del Banco de la República, proyectada para el segundo semestre del año, esto se incrementaría.
Además, los códigos QR interoperables representan un avance significativo, permitiendo que diferentes actores en el mercado compartan infraestructura y lleguen a más usuarios. «La interoperabilidad será el diferencial que posicione a Colombia como un referente regional», añade Peña.
Nuevos actores y soluciones disruptivas
Ante este panorama, el mercado colombiano está viendo la llegada de jugadores internacionales como Stripe y Adyen, junto con la expansión de gigantes tecnológicos como Google, Apple y Amazon en el segmento de pagos digitales, destaca la ejecutiva de BPC. Estos actores no solo traen propuestas innovadoras, como el botón de pago en línea, sino que también aumentan la competitividad al ofrecer soluciones con menores costos para los comerciantes.
Por otro lado, fintechs locales e internacionales están revolucionando el panorama con modelos disruptivos que eliminan comisiones tradicionales. Soluciones como Clip y Conekta están diseñadas para atender a pequeños negocios y emprendedores, democratizando el acceso a herramientas de pago.
A su vez, el papel de los bancos tradicionales también está cambiando. Estos se enfrentan al desafío de reinventarse en un ecosistema donde los neobancos y las fintechs están ganando terreno. «La estrategia completa de adquirencia se está transformando para enfocarse en una experiencia de usuario superior y una mayor personalización», comenta Juliana Peña de BPC.
Un ejemplo claro es el impacto de los programas de lealtad, que están evolucionando para enfocarse no solo en el uso de medios de pago, sino también en la aceptación por parte de los comercios. Este enfoque, junto con avances en seguridad y cumplimiento normativo, posiciona a los medios de pago electrónicos como una opción preferida por consumidores y comerciantes.
Proyecciones para 2025
Con estos avances, el panorama para 2025 es prometedor. La digitalización continuará creciendo a tasas superiores al 20 %, mientras que el comercio digital se consolidará como una parte fundamental de la economía. Además, la entrada de nuevos jugadores y la mejora en la infraestructura tecnológica permitirán una expansión significativa en la aceptación de pagos electrónicos.
Colombia está en medio de una revolución en los medios de pago, impulsada por la digitalización, la interoperabilidad y la llegada de nuevos actores y adquirentes. Este cambio no solo representa una oportunidad para modernizar la economía, sino también para incluir a millones de personas en el sistema financiero formal. La clave estará en cómo se logren alinear los intereses de bancos, fintechs y usuarios para construir un ecosistema sostenible y eficiente. Sin duda, 2025 será un año crucial para definir el futuro de los pagos en Colombia.
A pesar de ello, como advierte Peña, aún queda un camino por recorrer. «Aunque estamos avanzando rápido, la estabilidad y adopción masiva de los nuevos sistemas de pago será un proceso de mediano plazo, en BPC hemos apoyado el proceso de transformación de algunos adquirentes muy importantes de la industria y estamos listos para trabajar con otros jugadores impulsando su competitividad y crecimiento en el mercado”, concluye la ejecutiva.
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