El Grupo Energía Bogotá (GEB) presentó los estados financieros comparativos del segundo trimestre y el primer semestre de 2024, periodo en el que reportó ingresos semestrales de $3,83 billones, una baja de 5,6 % en comparación con el mismo periodo del año pasado.
La utilidad neta consolidada del segundo trimestre fue de $632.600 millones, decreciendo 14,7 % frente al mismo periodo en 2023 ($741.200 millones), explicado principalmente por el gasto por diferencia en cambio registrado en el segundo trimestre.
En términos operativos, se dieron números negativos en la distribución de gas natural y eletricidad que contrarrestaron los números verdes del transporte de gas y electricidad.
A su vez, el impuesto a las ganancias pasó de $183.500 millones en 2023 a $118.500 millones en el mismo periodo de 2024, disminuyendo 35,4 % por menor impuesto a las ganancias de TGI, correspondiente principalmente al efecto en el impuesto diferido por las coberturas y menor impuesto de renta durante el trimestre.
Más detalles de resultados del GEB
El segmento de distribución de gas natural presentó un decrecimiento año a año (trimestre a trimestre) del 5,2 %, debido mayormente a la revaluación del peso colombiano (COP), con un efecto de -155.000 millones.
Sobre TGI, el GEB resaltó que los ingresos operacionales no regulados, clasificados como servicios complementarios, presentaron un crecimiento del 8,8 %, principalmente por el ingreso asociado a la indexación del servicio de AO&M del gasoducto Maria Conchita, ingreso por nuevas conexiones y servicio de parqueo.
De otro lado, los ingresos por transmisión de energía aumentaron 15,8 %, debido mayormente al crecimiento de ingresos del negocio de Transmisión en Colombia.
En distribución, la empresa mencionó como punto destacado que los ingresos del Grupo Dunas decrecieron 21,8 %, principalmente por menores ingresos de distribución y comercialización de energía y otras actividades de energía (servicios relacionados con servicios de conexión y asesoría técnica).
Además de presentar sus resultados financieros, el GEB llamó la atención recientemente sobre los retrasos en la implementación de proyectos de transmisión eléctrica, los cuales persisten, lo que pone en juego los grandes proyectos de infraestructura del país, así como los pequeños negocios que requieren de energía para subsistir.
“Pasó la temporada de sequías, que afectó los embalses, y llegaron las lluvias, pero el riesgo de no poder dar abasto en el futuro persiste, por lo que aquí lo que hay es un problema de fondo que merece la atención de todos y que requiere de cambios estructurales para garantizar el servicio de energía a largo plazo”, agregó Juan Ricardo Ortega, presidente del GEB.
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