La reforma laboral sigue sin avanzar de manera significativa. Este miércoles, tras reanudar el debate en el Congreso, solo se logró la aprobación del informe de ponencia positiva.
Con 91 votos a favor y 4 en contra, la plenaria de la Cámara de Representantes aprobó el informe de ponencia que presentó la representante María Fernanda Carrascal.
Esto implica que la propuesta del gobierno entra en una nueva fase: la votación del texto, que contiene 80 artículos, cada uno con proposiciones adicionales, y que definirá la política pública en cuestión. Sin embargo, al iniciar con la votación de estos artículos, no se alcanzó el quórum requerido, lo que obligó a suspender la sesión hasta el próximo lunes 30 de septiembre.
Hay ambiente para la reforma laboral
El ambiente de apoyo es mayoritario a la reforma se explica en gran medida por el acuerdo alcanzado entre partidos como el Liberal y el Conservador, tras las concesiones hechas por la ministra de Trabajo, Gloria Ramírez.
Entre los cambios más significativos, se destaca la eliminación del bloque de artículos relacionados con los derechos colectivos, un tema especialmente sensible para el sector empresarial.
También se han suavizado aspectos relacionados con las indemnizaciones laborales, las licencias de paternidad y los contratos.
Aunque persisten algunos puntos en discusión, en términos generales, hay un ambiente favorable para que la reforma supere el segundo debate. Después de la aprobación del informe de ponencia, se espera que inicie la votación del articulado.
Recomendado: Volvió a sesionar la Comisión Interparlamentaria tras advertencia por posible default
Las dudas que quedan de la reforma laboral
María Fernanda Carrascal, una de las principales defensoras de la reforma, reiteró que esta no provocará desempleo ni afectará la productividad de las empresas.
Respaldada por cifras del DANE, Carrascal sostuvo que los costos laborales solo aumentarían un 4 % y los de producción un 1,1 %. Además, aseguró que las empresas mantendrían una utilidad del 25,7 %, pese a los costos adicionales que implicaría la reforma.
Aunque hay un ambiente favorable hacia la reforma debido a que no genera desempleo, una de las críticas más importantes es que tampoco fomenta la creación de nuevos puestos de trabajo, no da incentivos o ayuda a la formlazación.
Los detractores señalan que la propuesta no tiene incentivos para la generación de empleo y no promueve la formalización empresarial. En cambio, se percibe que beneficia principalmente a quienes ya tienen empleo y a los trabajadores sindicalizados.
A pesar de estas afirmaciones, el debate continúa estancado, sin avances en la votación del articulado. Se espera que la próxima semana se reanude la discusión, pero las constantes dilaciones siguen marcando el ritmo del proceso de la reforma laboral.