La Cámara de Diputados y el Senado de México aprobaron una reforma eléctrica impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador bajo la premisa de recuperar la “soberanía energética” del país.
La iniciativa salió adelante con facilidad en ambas cámaras porque el mandatario cuenta con la mayoría legislativa del partido de Gobierno, Morena.
Su premisa es priorizar el abastecimiento energético desde la Comisión Federal de Electricidad (CFE, de carácter estatal) y fortalecerlo ante compañías privadas, sean nacionales o extranjeras.
“Vamos a poder sentarnos con las empresas para ponernos de acuerdo con lo justo. ¿Por qué les vamos a pagar más por la energía eléctrica de lo que se paga en otros países? ¿Por qué les voy a dar subsidio?”, ha dicho López Obrador.
Parte de la generación de México depende del gas importado. Ahora, lo que busca la reforma eléctrica es fomentar las fuentes nacionales – sin importar si son limpias o no- para perseguir esa premisa de la “soberanía energética”.
Ha habido advertencias de sus implicaciones. Como lo señaló Adrián Garza, vicepresidente y analista senior de Moody’s, esta tendrá un impacto crediticio negativo para el sector, limitará la inversión y pondrá un riesgo en la consecución de las metas de energía limpia.
Para ahondar sobre este tema, Valora Analitik habló con la diputada y secretaria de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Michel González Márquez, una de las legisladoras que se opuso a la reforma.
¿Era necesario reformar el sistema eléctrico de México?
“Toda ley es perfectible. Sin embargo, en este caso hubo un claro retroceso, porque se privilegia el uso de energías contaminantes para la producción de energía y se conforma un verdadero monopolio en la Comisión Federal de Electricidad, inhibiendo la inversión en energías limpias”.
¿Qué vacíos está dejando la reforma al sistema?
“Deja un vacío en la transparencia, en el sentido de que ahora los contratos de energía se harán por adjudicación directa y no por subastas públicas. La administración de Amlo se ha caracterizado por otorgar contratos directos a familiares y aliados a su gobierno”.
¿Qué sucederá con los costos en la generación de energía?
“Como sabemos, todo monopolio genera alza en los precios porque no hay competencia, además, se usarán combustibles con un alto valor, como el combustible, para la producción. Todo esto, impactará directamente al consumidor”.
El Gobierno habla de la «soberanía energética». ¿Ese planteamiento sí puede llevar a una seguridad energética para todos los mexicanos?
“Es un claro sofisma y este Gobierno recurre a ellos con frecuencia para justificar sus acciones, en este caso quiere a toda costa distraer el centro de la discusión que es la grave política contaminante y la creación de un monopolio en perjuicio de las y los ciudadanos”.
¿Cómo dejará en el ámbito internacional esta reforma a México?
“Inhibe la inversión, no solo de empresas nacionales, sino también de extranjeras en la producción de energía. Eso significa menos empleos para mexicanas y mexicanos, además, mientras el mundo camina en la dirección de promover las energías limpias, México va hacia atrás, al imponer la producción de energías contaminantes”.
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