Un decreto que autoriza un recorte en el presupuesto de este año de $28,4 billones está por publicarse tras una serie de reuniones del Consejo de Ministros en las cuales se analizó la necesidad de ajustar las finanzas del Gobierno tras la caída del ingreso tributario.
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El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aseguró el jueves de la semana pasada que esa tarde comenzaría a discutirse el recorte que debía autorizar el órgano colegiado, propuesto en $33 billones.
La cartera advirtió que si no se hacía el recorte el país entraría en riesgo de cesación de pagos o incluso de impago para el mes de diciembre, durante la presentación.
La decisión se habría tomado anoche en el marco de uno de los encuentros más álgidos del Consejo, tras la llegada de Armando Benedetti como asesor de la Presidencia y la molestia de varios ministros por la decisión.
El recorte de $33 billones se componía de los $20 billones de los recursos congelados a finales de mayo más un esfuerzo adicional de $13 billones del ajuste de gasto, una cifra que finalmente será de solo $8,4 billones.
La necesidad de hacer un ajuste en las cuentas del Gobierno se explica, principalmente, en un recaudo faltante de alrededor de $12 billones en impuestos por parte de la DIAN.
Con $8,4 billones efectivos sin cubrir, según los cálculos del Ministerio de Hacienda, sanear las cuentas dependerá de si mejoran los ingresos por impuestos, cuya caída ha venido cediendo, y de los recursos remanentes al final de año por subejecución del presupuesto.
Vale la pena recordar que recientemente el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) hizo pública la necesidad de implementar una serie de medidas para subsanar las finanzas de este año y cumplir la Regla Fiscal, entre ellas un recorte adicional en el gasto de $31 billones.
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