Roberto Moreno, presidente de Amarilo, ha sabido pilotear uno de los momentos más complejos que atraviesa el sector constructor en Colombia.
A pesar de que cada vez hay menos subsidios para adquirir casas y apartamentos de interés social (VIS) y el presupuesto nacional se mantiene apretado, la compañía se mantiene como la más grande de esta rama y anticipa una mejora gracias a las menores tasas de interés.
Así lo dijo hace unos meses el empresario a Valora Analitik, cuando señaló que “la mayor gasolina para nuestro sector es bajar las tasas de interés, porque así se incrementa la capacidad de pago de las familias y un arriendo se asemeja a una cuota de un crédito”.
De igual forma, en su momento afirmó que el 2024 lo cerrarían con un incremento de entre 5 % y 10 % en ventas, y el 2025 puede continuar siendo positivo gracias a los menores costos de financiamiento.
Con lo anterior, Amarilo se podrá mantener como la empresa más grande del sector, una posición que alcanzó tras varias décadas de trabajo y consolidación en el mercado.
Perfil de Roberto Moreno, presidente de Amarilo
Esto se dio gracias a Roberto Moreno, quien nació en Filadelfia (EE. UU.) en 1956, y estudió en la Universidad de la Florida. Allí vivió con sus hermanos -entre los que están Luis Alberto Moreno, expresidente del BID y Bernardo Moreno, actual senador de EE. UU.-
En ese país, el empresario se graduó en ciencias de ingeniería, economía, y gerencia de proyectos de construcción.
Sin embargo, viajó a Colombia en 1980, justo después de salir de la universidad, a trabajar en una firma llamada Ángulos Arquitectos, la cual fundó junto con los hermanos Andrés y Gustavo Canal.
Años después, en la antesala del gobierno de César Gaviria, Roberto Moreno se unió a Enrique Mazuera y fundó la Inmobiliaria Mazuera, que tuvo su primer proyecto de vivienda en el sector de Ciudad Tunal, en Bogotá.
“En ese entonces ni nos imaginábamos todo lo que pasaría después. Nuestra primera obra fue Tunal Reservado, que contenía dos conjuntos de 850 apartamentos”, dijo el empresario en una entrevista de 2023 a la Revista Amarilo.
Y añadió: “Posteriormente, los Mazuera dejaron la sociedad. La empresa siguió creciendo y al inicio de este siglo vimos la necesidad de cambiar la imagen corporativa, para convertirnos en Amarilo”.
En octubre de 2004, hace poco más de 20 años, la compañía cambió de nombre y, desde entonces, no ha parado de crecer en desarrollos clave para Colombia: las ciudades dentro de las ciudades.
A través de estas iniciativas, las familias pueden encontrar en un mismo espacio diversos servicios como viviendas, comercio, entretenimiento, salud y educación.
Este tipo de macroproyectos han sido desarrollados en ciudades como Soacha (con Ciudad Verde) Cartagena, Barranquilla, Villavicencio y Valledupar.
Más recientemente, el empresario la ha apuntado a replicarlo en la zona de Lagos de Torca, en el norte de Bogotá, donde se prevé la construcción de 135.000 viviendas y la edificación de miles de hectáreas de urbanismo, dándole un nuevo impulso a la construcción en la capital del país justo en el momento que más lo necesita.