El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, designó a Mauricio Claver-Carone como enviado especial para América Latina.
Trump destacó en su anuncio que Claver-Carone ha desempeñado roles importantes en la Casa Blanca, incluido su cargo como director principal para asuntos del hemisferio occidental.
“Mauricio ha desempeñado muchos papeles importantes, incluyendo la Casa Blanca, como mi director principal para asuntos del hemisferio occidental. En los últimos cuatro años, el caos y la anarquía han invadido nuestras fronteras. Es hora de restablecer el orden en nuestro propio hemisferio”, escribió el próximo inquilino de la Casa Blanca.
Asimismo, el presidente electo reconoció que Mauricio conoce la región y “sabe cómo poner los intereses de Estados Unidos en primer lugar. También conoce las terribles amenazas que enfrentamos por la migración masiva ilegal y el fentanilo. Como enviado especial del departamento de estado, Mauricio trabajará incansablemente para proteger al pueblo estadounidense”.
Un perfil clave para la política exterior de EE. UU. en América Latina
Claver-Carone, economista y político, se graduó en economía en la Universidad de Georgetown y en derecho internacional en la Universidad de Harvard.
Antes de su nombramiento como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2020, Claver-Carone ya era una figura influyente en la política exterior de EE. UU., habiendo sido director del Consejo de Seguridad Nacional para el hemisferio occidental durante la primera administración de Trump.
El nombramiento de Claver-Carone al frente del BID fue polémico, ya que fue el primer presidente no latinoamericano en la historia del banco, lo que suscitó críticas dentro de la región. Sin embargo, su nombramiento recibió el apoyo firme de Estados Unidos. Su mandato en el BID terminó en 2022 luego de una investigación ética que sugirió que había mantenido una relación inapropiada con una subordinada, acusaciones que Claver-Carone negó en todo momento.
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Con su nuevo cargo, Claver-Carone será una figura clave en la estrategia de Estados Unidos para América Latina, con énfasis en cuestiones de seguridad, migración y la lucha contra el narcotráfico, además de restablecer la presencia de Washington en la región.
