Han sido varias las propuestas que han salido de tanques de pensamiento, gobiernos, expertos y congresistas para enfrentar la crisis de liquidez que siente Colombia por el impacto del coronavirus; recursos que van a los hogares y empresas más necesitados del país.
Una de las medidas más debatidas y polémicas la entregó el senador Gustavo Petro en los últimos días: prender la máquina de hacer billetes y que el Banco de la República haga un préstamo directo al Gobierno.
La iniciativa, según Petro, ayudaría a que las familias más afectadas contaran con recursos suficientes para sobrellevar la etapa más crítica de la pandemia.
Sin embargo, varias han sido las voces que se han opuesto a la idea del senador. La razón fundamental: los ejemplos de Venezuela y Argentina dan cuenta de un efecto crítico para variables como la inflación.
Al respecto, Daniel Lacalle, economista jefe en Tressis (uno de los analistas más reputados en el mercado global), dijo: “La propuesta del senador Petro es absolutamente una locura: ignora completamente la demanda internacional y doméstica de pesos colombianos. Aumenta la masa monetaria sin respaldo de reservas o crecimiento económico”.
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Agregó el analista que se abre una puerta muy peligrosa en caso de aceptar la propuesta de Petro: que se convierta en una práctica viable en el marco de otras crisis.
Hay que tener en cuenta que la de Petro no ha sido la única iniciativa en este sentido. El plan también ha sido una opción viable para figuras como el exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, y el expresidente, Álvaro Uribe.
“Emitir, incluso si lo aprueba por unanimidad la Junta Directiva del Banco de la República, como lo requiere la Constitución, aumentaría extraordinariamente el costo del crédito público y privado y descuadernaría la economía. Y no es necesario, hay suficiente crédito barato”, agrega el economista Jorge Restrepo.
Precisamente ese es el otro punto: Colombia no tendría que poner en riesgo índices inflacionarios para atender una crisis que puede atenderse con mecanismos más tradicionales: como el crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El otro riesgo latente, recuerda Lacalle, es que la gente empiece creer que, porque haya más circulación de billetes, se tenga mayor poder adquisitivo: “Imprimir más pesos no significa que usted tenga más dinero en su bolsillo, tampoco que valgan más, de hecho, valen menos. Colombia conoce el absoluto desastre de Venezuela. Es como si a un vaso de leche se le rindiera con más agua y se siguiera pensando que sigue siendo un vaso completo de leche”, dijo el analista.
Por lo demás, ya el recién posesionado gerente del Banco de la República de Colombia, Leonardo Villar, ha dicho que un préstamo directo del emisor al Gobierno no es necesario pues hay mecanismos con créditos internacionales que siguen siendo viables.
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