¿Qué son las inversiones en renta variable y cómo funcionan?

Las inversiones en renta variable se refiere a instrumentos financieros cuyo rendimiento y valor dependen de la evolución del mercado.

Conozca algunas alternativas de inversión de bajo riesgo para diversificar su portafolio
Conozca algunas alternativas de inversión de bajo riesgo para diversificar su portafolio. Foto: tomada de Freepik

La renta variable es un tipo de inversión en la que la recuperación del capital invertido y la rentabilidad de la inversión no están garantizadas, ni son conocidas de antemano, es decir, no ofrecen una rentabilidad fija.

Esto significa que el valor de la inversión puede subir o bajar dependiendo de factores económicos, financieros y del comportamiento del mercado.

En ese sentido, la renta variable se refiere a instrumentos financieros cuyo rendimiento y valor dependen de la evolución del mercado. Los activos más comunes en este tipo de inversión son las acciones, aunque también pueden incluirse otros productos financieros como los fondos de inversión y los ETFs (fondos cotizados en bolsa).

Cuando una persona invierte en acciones de una empresa, está comprando una parte proporcional del capital de esa compañía, lo que le otorga ciertos derechos, como recibir dividendos (si la empresa decide repartirlos) o participar en las decisiones estratégicas de la empresa en las juntas de accionistas.

Funcionamiento de las inversiones en renta variable

El funcionamiento de las inversiones en renta variable puede resumirse en los siguientes pasos clave.

Compra de acciones o activos

El primer paso es comprar acciones de una empresa que cotiza en la bolsa de valores. El precio de una acción está determinado por el mercado y puede fluctuar en función de diversos factores, como los resultados financieros de la empresa, la situación económica global, la política, las tasas de interés, entre otros.

Valoración de la inversión

El valor de la inversión en renta variable está sujeto a las fluctuaciones del mercado. Si el precio de las acciones sube, el valor de la inversión también aumenta, y si el precio baja, el inversor puede perder parte del capital invertido. La rentabilidad en este tipo de inversiones no está garantizada, y los beneficios (o pérdidas) dependen de la evolución del activo en el mercado.

Rentabilidad a través de dividendos

Además de las fluctuaciones del precio de las acciones, los inversores pueden obtener beneficios a través de los dividendos, que son pagos que las empresas hacen a sus accionistas como parte de las ganancias obtenidas. Sin embargo, no todas las empresas pagan dividendos, ya que algunas prefieren reinvertir las utilidades en el crecimiento de la empresa.

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¿Qué son las inversiones en renta variable y cómo funcionan?
¿Qué son las inversiones en renta variable y cómo funcionan? Foto: tomada de Freepik

Tipos de inversiones en renta variable

Existen diversos instrumentos de renta variable que permiten a los inversores diversificar su portafolio.

  • Acciones: La forma más común de invertir en renta variable. Las acciones son partes del capital de una empresa que cotiza en bolsa. Su valor depende del rendimiento financiero de la empresa y de las condiciones del mercado.
  • Fondos de inversión: Son vehículos de inversión que agrupan el dinero de varios inversores para comprar una cartera diversificada de activos, incluidos instrumentos de renta variable. Los fondos de inversión pueden ser gestionados activamente o de forma pasiva (replicando un índice bursátil).
  • ETFs (Exchange Traded Funds): Son fondos de inversión cotizados en bolsa que permiten a los inversores comprar una cesta de acciones o activos, ofreciendo una mayor diversificación con un costo relativamente bajo.

Riesgos de la renta variable

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en las inversiones en renta variable son los riesgos asociados.

  • Volatilidad: El precio de las acciones y otros instrumentos de renta variable puede fluctuar significativamente en cortos periodos de tiempo debido a factores económicos, políticos o cambios en las expectativas del mercado.
  • Pérdida de capital: A diferencia de la renta fija (como los bonos), en la renta variable no hay garantía de recuperar el capital invertido. Si la empresa en la que se ha invertido tiene malos resultados o el mercado bursátil en general cae, el inversor puede sufrir pérdidas.
  • Riesgo específico: Este riesgo se refiere a eventos que afectan a una empresa en particular, como problemas en su gestión, fallos en sus productos o cambios en su entorno competitivo, lo que puede afectar directamente el valor de sus acciones.
  • Riesgo de mercado: Este tipo de riesgo afecta a todo el mercado de acciones o a un sector económico en particular. Factores como recesiones, crisis financieras, o cambios en la política monetaria pueden impactar negativamente en la cotización de las acciones.

Ventajas de la renta variable

A pesar de los riesgos, la renta variable ofrece varias ventajas para los inversores, sobre todo a largo plazo.

  • Potencial de altos rendimientos: Aunque los precios de las acciones pueden ser volátiles en el corto plazo, históricamente, las inversiones en renta variable han ofrecido mejores rendimientos a largo plazo que otros tipos de activos, como la renta fija o los depósitos bancarios.
  • Participación en el crecimiento de las empresas: Al comprar acciones, los inversores se benefician directamente del éxito de las empresas, ya que, si la empresa tiene un buen desempeño, el valor de sus acciones aumentará y el inversor podrá obtener mayores beneficios.
  • Dividendos: Las empresas que reparten dividendos ofrecen a los accionistas una fuente adicional de ingresos, independientemente de si venden o no sus acciones.
  • Diversificación: Existen múltiples instrumentos financieros basados en renta variable, lo que permite a los inversores diversificar su portafolio y mitigar los riesgos específicos de una inversión.

Finalmente, las inversiones en renta variable ofrecen una oportunidad para obtener altos rendimientos, especialmente a largo plazo, pero también conllevan un mayor riesgo en comparación con otros tipos de inversiones.

La clave para invertir en este tipo de activos es entender los factores que influyen en su valor, ser consciente de los riesgos y tener una estrategia bien definida que incluya la diversificación y el horizonte temporal de la inversión.

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