Por: María Camila Bernal, Vice President Sustainable Finance and ESG Analysis and Advisory Hispanic Latam
La transformación energética es un tema de relevancia global que está redefiniendo la forma en que los países producen y consumen energía. En este escenario, América Latina se encuentra en una posición única para liderar esta transición, gracias a los recursos naturales. Países como Colombia se perfilan como líderes emergentes.
¿La razón?, dos principalmente. Por un lado, la ubicación estratégica de nuestro país y su diversa geografía hacen de este terreno un campo fértil para la adopción de fuentes de energía renovables con soluciones de energía solar en sus zonas más cálidas y de energía eólica proveniente de regiones como La Guajira.
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La segunda, el creciente compromiso con la transformación energética que se refleja no solo con la promulgación de leyes como la Ley 1715 de 2014[1] y la Ley 2099 de 2021[2] que establecen incentivos tributarios y arancelarios para proyectos de energía renovable e impulsan la inversión en este tipo de alternativas.
Un ejemplo es la inauguración del Parque Solar La Loma en Cesar, el cual beneficiará a cerca de 600 mil personas con energía solar y entregará 420 GWh de energía limpia y renovable al año, durante 20 años[3].
Para darnos una idea, el proyecto de La Loma, tiene una dimensión equivalente a 552 canchas de fútbol, sin embargo, en Colombia la disponibilidad de tierra o espacio para desarrollar este tipo de proyectos a gran escala es limitada.
Otro reto importante tiene que ver con la distribución y almacenamiento de la energía recolectada, especialmente para ser utilizada en momentos de mayor demanda, como al final de la jornada laboral, cuando la luz solar ya no está disponible. Esto se debe a que las fuentes de energía renovable, como la solar o la eólica, dependen de las condiciones climáticas y, por tanto, son intermitentes.
Asimismo, es relevante considerar factores como la inversión y los costos que implica la construcción a gran escala de energías renovables.
Si bien hemos visto una tendencia a la baja en los últimos años en el costo de construcción en las tecnologías solares, se estima que en E.E.U.U el costo por kilovatio en 2020 era más de $1,600. De esta manera, un proyecto de 1GW puede llegar a costar cerca de 1.6millones de dólares[4].
Es claro que el panorama es retador, no obstante, podemos apoyarnos en la innovación tecnológica (como el aprendizaje automático) para la optimización de la eficiencia de los sistemas de energías.
Podemos apostar por la movilización de la financiación sostenible, el enfoque se centra en la generación de instrumentos financieros como la emisión de bonos verdes, la creación de fondos de inversión en energías limpias y la implementación de mecanismos de financiamiento climático.
Trabajar en estos desafíos y seguir apostando por el desarrollo de proyectos de gran escala, será la clave para que Colombia se posicione como el líder emergente en la región.
[1] Ley 1715 de 2014
[2] Ley 2099 de 2021
[3] Parque Solar La Loma
[4] International Energy Agency – Average U.S. construction costs drop for solar, rise for wind and natural gas generators – U.S. Energy Information Administration (EIA)