Esta reducción en la jornada laboral se hará de forma progresiva y empezará a regir en dos años. Experto analiza la norma.
La reciente aprobación, en el Congreso de la República, del proyecto con el que se busca reducir en 6 horas la jornada laboral -pasando de 48 a 42- tendrá implicaciones presupuestales para las compañías.
De acuerdo con Luis Fernando Reyes Ramírez, socio legal de BDO en Colombia “La reducción de la jornada laboral en Colombia no es una buena noticia en momentos en los que el país requiere ser competitivo y atractivo para la inversión extranjera. Si bien, en muchos países ya hay jornadas de laborales de 40 horas semanales, es necesario que las normas sean congruentes con la realidad económica y consulten el contexto y el entorno de los grandes generadores de empleo: las empresas.” Vea más información de empresas acá.
En este sentido, cifras de la Cámara de Comercio de Bogotá evidencian que, durante el año 2020, cincuenta y tres mil (53.000) empresas se liquidaron en la ciudad.
Por lo cual, se puede proyectar que las compañías que aún se mantienen, buscarán la manera de estar a flote ante un escenario de gran dificultad, en donde las cargas laborales, impositivas y reglamentarias, en lugar de generar más peso, deben permitir un tránsito sencillo al estado de normalidad.
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Esta reducción que se hará de forma progresiva y empezará a regir en dos años, modificará el artículo 161 del Código Sustantivo del Trabajo. Ante este panorama, BDO sostiene que la autonomía privada en la determinación de las condiciones de los contratos de trabajo es lo que debe prevalecer, puesto que, hoy en día sin necesidad de norma expresa que lo determine, muchas empresas -conforme a su propia realidad y capacidad- pactan jornadas de trabajo de 40 horas; 8 horas diarias de lunes a viernes.
Adicionalmente, se debe valorar el contexto del sector industrial, en el que las plantas funcionan de domingo a domingo y asumen costos elevados en el reconocimiento de horas extras y en la contratación de tres turnos de trabajo. Motivo por el cual la disminución de la jornada de trabajo también afectará notablemente los modelos de negocio y su viabilidad.
“Las trascendentales conquistas y reivindicaciones laborales obtenidas a lo largo de nuestra historia son de gran importancia para el logro de la equidad social. Sin embargo, en un escenario en el que los generadores de empleo formal están atravesando por la peor de las crisis económicas, nos lleva a concluir que no es el momento ideal para disminuir la jornada de trabajo, por el contrario, es tiempo de remar hacia el mismo lado para fortalecer el aparato productivo”, puntualiza Reyes.
Qué deben hacer las empresas ante esta disposición
Siendo la disminución de la jornada laboral una realidad que impactará a las empresas y demandará en muchos casos la asignación de horas extras para el cumplimiento de los objetivos del negocio, según el experto, en necesario que los administradores empiecen a pensar en alternativas y soluciones prácticas que permitan lograr que la jornada de trabajo sea altamente eficiente y que el uso de las horas extras esté regulado internamente para que su aplicación sea realmente necesaria, eficaz y eficiente.
- En este orden de ideas, Reyes también le sugiere a las empresas evaluar el uso de herramientas que les permitan maximizar el uso del tiempo:
- Cobra gran relevancia la asignación de indicadores de gestión de los trabajadores (KPI’s)
- Uso de herramientas tecnológicas que permitan auditar y controlar el tiempo de dedicación del trabajador en cada actividad para verificar tiempos muertos, eficiencias y adecuada asignación de tareas.
- Uso de softwares de gestión o gerencia de tiempos
- Establecer informes periódicos y análisis que permitan evaluar las variables antes descritas y sobre estos datos poder tomar decisiones estratégicas para la compañía.