Mucho se habla por estos días de la gran posibilidad que tiene Estados Unidos de llegar a una recesión técnica, situación que agrega una presión a un entorno económico global ya complejo por la crisis de la alta inflación.
Con esto de base, existen algunas características principales que dan cuenta de que un país entra a un proceso de recesión técnica.
Colombia, hay que recordar, ya pasó por un fenómeno de esa índole en el momento más complejo de la pandemia del Covid-19, cuando el país incluso llegó a caer, en su PIB, cerca al 7 % en 2020.
Una recesión técnica se caracteriza, principalmente, por acumular dos trimestres, consecutivos, con caídas del PIB. Lo anterior se traduce en que: una economía determinada se estanca o cae por un lapso de seis meses.
Efectos: Mercado laboral, clave
La Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos dio a conocer, recientemente, que el PIB de la potencia entre enero y marzo de 2022 se contrajo 1,6 %.
El punto está en que la expectativa para el segundo trimestre del 2022, con algunos indicadores tempranos, permiten evidenciar que el PIB también experimentaría una contracción a junio.
Con esto de base, y es desde el lugar del que se desprenden las principales preocupaciones, la pregunta es cómo se transmite esto al resto de agentes de la economía mundial.
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Un primer efecto está en el constante fortalecimiento del dólar estadounidense frente al resto de monedas, profundizando la devaluación y, en algunos casos, metiendo más presión a la inflación.
Más riesgos de la recesión técnica
El otro gran riesgo es que la actividad productiva se vea resentida y empiecen a verse mayores despidos de trabajadores o cese de operaciones de empresas. Este punto es clave si se entiende que en países como Colombia la llegada de remesas de trabajadores en Estados Unidos es un ingreso fundamental.
Durante la última semana se conoció de un aumento de las solicitudes por subsidios de desempleo en Estados Unidos, llegando hasta las 235.000 y abriendo la preocupación a que esa recesión ya se esté trasmitiendo al mercado laboral.
Adicionalmente, otro de los efectos complejos de esa recesión técnica se explica por el resentimiento a la confianza inversionista: el mercado asume una postura mucho más conservadora y tanto países desarrollados como emergentes ven la salida de capitales.
De momento, y a espera de una actualización de pronósticos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se prevé que el PIB de Estados Unidos pueda recuperarse en el segundo semestre del 2022.
La previsión da cuenta de que el PIB crecería a ritmos del 2,5 %, un pronóstico que sin embargo se redujo frente al 3,7 % que estimaba la OCDE anteriormente.