Cuba está entre la desconexión y la tensa calma después de las protestas del domingo contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel (heredero de los Castro). En un hito que no se registraba desde 1994, los ciudadanos salieron a las calles para manifestarse contra el régimen que lidera la isla desde hace más de seis décadas y pedir una acción contra el hambre por la escasez que vive el país.
Pero la situación de este 2021 es diferente a la de antaño: Cuba está más conectada con el mundo, los hermanos Castro ya no ejercen el poder y las movilizaciones se registraron en diferentes provincias, no solo en La Habana. Al menos 70 personas están desaparecidas, los internautas registraron sucesos de represión en las redes sociales y el régimen emprendió una contra-protesta con personas que se lanzaron a las calles para defender la “revolución”.
El ruido de las marchas comenzó en internet con usuarios que utilizaron las plataformas para registrar los cánticos de “cambio de sistema” y “abajo el hambre”. Como una particular casualidad, este lunes la señal de internet es intermitente en la isla y, quienes han accedido a una buena red, lograron conectarse a través de VPN.
“Esto tiene mayor magnitud que el Maleconazo de 1994: antes solo teníamos la versión de los que se atrevían a dejar el país, pero ahora la información llega en tiempo real”, cuenta desde La Habana María Matienzo. Mientras ella conversa con Valora Analitik, en el fondo, en el televisor, se escucha la conferencia de prensa convocada por Díaz-Canel y su consejo de ministros.
“Han tenido la respuesta que se han merecido”, dice el mandatario y presidente del Partido Comunista, la máxima autoridad que gobierna Cuba desde el ascenso de la revolución en 1959. El régimen llamó a nuevas marchas, pero María asegura que las movilizaciones oficialistas están integradas por trabajadores del Estado obligados a marchar ante la amenaza de perder su puesto.
La oposición al régimen, un pueblo que pide un cambio de gobierno, abastecimiento de alimentos y atención en salud en medio de la pandemia, volvió a marchar este lunes, mientras la comunidad internacional analiza con expectativa lo que sucede en la isla del Caribe. “La información es inconexa, dispersa, pero sí se nota que las movilizaciones son hoy (lunes) porque la contra-protesta es demasiado numerosa”, detalló María Matienzo.
La movilización del pasado domingo 11 de julio se hizo evidente en redes sociales con mensajes que reclamaban un cambio. Díaz-Canel culpó al “bloqueo de Estados Unidos, la persecución financiera y energética con el objetivo de asfixiar a nuestro país y provocar un estallido social masivo para convocar a las llamadas intervenciones humanitarias que terminan en intervenciones militares”.
La Casa Blanca envió su mensaje de apoyo al pueblo cubano, pidiendo al régimen escuchar el “llamado a la libertad”, mientras que Rusia respondió rechazando la “injerencia extranjera” en la isla. La atención del mundo está sobre la presión en las calles a Díaz-Canel, mientras la ciudadanía enfrenta las consecuencias de la escasez de alimentos, combustibles y la inquietud por la pandemia.
“Para nosotros esto es un total proceso de incertidumbre”, dice la abogada cubana Laritza Diversent desde Estados Unidos, con el desasosiego de llevar un día sin saber de su familia por los problemas de conexión. Cuando Diversent tenía 14 años vivió las primeras movilizaciones contra el régimen, ahora, desde la distancia, espera por la resolución de las nuevas marchas.
“En 1994 el Maleconazo se calmó abriendo el Mariel para que la gente que estaba inconforme se fuera de Cuba. Ahora el régimen no puede aliviarse abriendo la frontera por los acuerdos migratorios que hay (…) Aunque no pase nada durante esta semana, nosotros tenemos mucha esperanza de que ya Cuba no es lo mismo. Cuba ya dijo ‘¡basta!’ y para nosotros esto es increíble”, sentenció.
El temor por la represión es latente, especialmente en las provincias que están más desconectadas, hay personas buscando a sus familiares y también se reportó la desaparición del político opositor José Daniel Ferrer. El régimen defiende que la crisis ha sido orquestada desde el exterior, mientras en el interior de la isla la gente pide un cambio.
Daniel Cubilledo, PhD y especialista en Cuba de la Pontificia Universidad Javeriana, apuntó que estas protestas reflejan que Cuba atraviesa una situación difícil en varios factores. En su lista están la coyuntura económica asociada con la pandemia, que frenó el turismo, principal actividad que deja divisas para la isla, las sanciones y las insuficiencias del modelo económico cubano.
«Ninguna de estas circunstancias se va a solucionar pronto, es posible que la tensión se mantenga en los próximos días y semanas. El punto clave será la forma como el Gobierno va a enfrentar la situación: si entienden que esto no solo tiene que ver con planes de extranjero, sino con situaciones legítimas de buena parte del país», concluyó Cubilledo.
—