El próximo miércoles, 1 de noviembre, entran en vigor los impuestos saludables en Colombia y, con estos, diversos productos de la canasta familiar tendrían incrementos de precios.
Por un lado, los primeros dos grupos han manifestado que estos tributos van en contra de la libertad de los ciudadanos de consumir alimentos o bebidas de su preferencia.
Los tributos llegan al país, luego de varios años de contrapunteos entre empresarios, técnicos y expertos en salud por su aplicación.
En tanto, los segundos, han planteado que es una necesidad imperativa, de cara a cuidar a las personas y darle un respiro, a largo plazo, al sistema de salud colombiano.
Con esto en mente, el Congreso aprobó en la reforma tributaria de 2022 los impuestos saludables para bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.
De acuerdo con Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, “estos impuestos tienen el carácter de disuasión del consumo y no de generar recaudo. La razón es muy sencilla: es impuesto de salud pública”.
Y envió un parte de tranquilidad de cara al encarecimiento de la canasta familiar e, incluso, pidió no generar pánico por la subida en los precios, justo en un momento en que la inflación se mantiene en niveles elevados.
¿Cuáles productos de la canasta familiar tendrán impuestos saludables?
“La canasta básica en Colombia es de 443 productos y estos impuestos no gravan frutas, verduras, tubérculos, hortalizas, leche, huevos, pollo, carne, pescado, ni cerdo”, afirmó el funcionario.
Y agregó que, del total, solo hay 21 productos y sus variedades que están gravados, pero aun así no todos serán objeto de gravamen.
Sobre este punto, el ministro de Hacienda dejó claro que los únicos alimentos o bebidas que subirán de precio serán aquellos que tengan exceso de sodio, grasa o azúcar.
Entre estos se encuentran salchichas, jamón, chorizo, galletas de sal y dulces, chocolate instantáneo, chocolatinas, crema de leche, yogurt y salsas de tomate, mayonesa y mostaza, así como todos los paquetes de frituras.
De otro lado, Bonilla le envió un mensaje al sector privado, para que cambien su oferta y pongan en el mercado bienes más sanos, lo cual, de paso, los eximiría de pagar los impuestos saludables.
“Ese exceso es el que las empresas y oferentes deben estar reduciendo porque el objetivo del impuesto es decirles a las empresas: modifiquen su oferta. Y decirles a los consumidores: aprenda a consumir sano”, añadió.
También afirmó que se trata de un impuesto monofásico, con lo cual, en su concepto, no lo pagará el consumidor en la tienda.
A pesar de lo anterior, expertos han señalado que, al igual que otros tributos, estos serían trasladados al usuario final por parte de los productores o comerciantes.
Además, el Gobierno cree que el impacto de esta subida de precios en la inflación no debe generar un coletazo mayor, ya que se calcula que es de 0,21 puntos porcentuales (p.p.) en 2023, de 0,11 p.p en 2024 y de 0,12 p.p. en 2025.
Y añadió que este efecto será de única vez y se materializaría con la entrada en vigor del impuesto.
Finalmente, el ministro de Hacienda dijo que los impuestos saludables no se aplicarán a alimentos como pan, obleas, salchichón, mortadela, arequipe ni bocadillo.