El mercado de la soya en Colombia empieza a fortalecerse, como lo demuestra el más reciente informe de la Bolsa Mercantil de Colombia.
En los últimos años diez años la producción nacional de este tipo de legumbre creció en 113 %, pasando de 93.000 toneladas en 2014 a 198.000 en 2023, lo que equivale a una tasa anual promedio del 8,8 %.
“La importancia de la soya radica en su contribución a la seguridad alimentaria y al sector de alimentos balanceados para animales, fundamentales para la ganadería y la avicultura. Impulsada por estos sectores y por el aumento en la producción de aceites refinados, la demanda de harina de soya se ha multiplicado por 18 en los últimos 60 años”, destaca la investigación.
En el reporte se anota que la altillanura es la principal región productora de soya del país que, en promedio para los últimos diez años, contribuyó con el 85 % de la producción total. Así mismo, se observa una tendencia al alza en su oferta, que pasa de 71.000 toneladas en 2014 a una producción superior a las 171.000 toneladas en 2023, lo que representa una expansión del 138,8 %.
No obstante, la Bolsa Mercantil de Colombia apunta que a pesar de estos incrementos, las cifras reflejan una baja capacidad de transformación a nivel nacional, la cual alcanzó su máximo en 2022 con 184.000 toneladas de aceite y 32.000 de torta de soya, impulsada principalmente por el aumento de los precios internacionales y la demanda.
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Por otro lado, el análisis indica que entre 2018 y 2023, el rendimiento del cultivo de soya mejoró un 3,7 % a nivel nacional. “A pesar de la oscilación en la productividad, se ha observado una tendencia general de crecimiento. Esto sugiere que Colombia posee un potencial competitivo. En la cosecha del primer semestre de 2024, ya se han reportado lotes con productividades comparables a las de Estados Unidos y Brasil, con rendimientos que superan las 3 toneladas por hectárea”.
Inversión para aumentar productividad
Para la Bolsa Mercantil de Colombia, el crecimiento sostenido en la producción de soya en el país demuestra que hay un alto potencial para disminuir la dependencia de importaciones, las cuales atendieron el 81 % de las necesidades de soya y sus derivados el año pasado.
Para potenciar ese crecimiento, agrega el análisis, el sector requiere hacer una mayor inversión en tecnología, infraestructura de procesamiento y mejoramiento genético de semillas, así como la promoción de cadenas productivas locales. Al respecto se hace un especial llamado para que los productores revisen y aprovechen las ventajas que ofrece de financiación alternativa para el sector agroindustrial.
Entre esos productos están los repos sobre certificados de depósito de mercancías (CDM), teniendo en cuenta que cerca de la quinta parte de la oferta nacional de soya se registra en la Bolsa, tanto de origen local como importado.
Y, a través de Atra-e (mercado bursátil de facturas), las empresas pueden encontrar financiación a partir de la negociación de facturas electrónicas con el fin de apalancar el desarrollo de su negocio.