Este año, las monedas de Colombia, México, Chile y Brasil se devaluaron más de un 10 % frente al dólar estadounidense, una tendencia que se reforzó durante el segundo semestre del año y de la cual solo escapó la divisa de Perú, según el ranking que realiza Valora Analitik.
La devaluación del real brasileño, por ejemplo, cerró 2024 por encima del 27,3 %, el valor más alto registrado desde 2020, año de la pandemia, tras un incremento más acelerado que el de sus pares, que comenzó en 4,85 reales por dólar y llegó hasta 6,17 reales por dólar.
Y no solo lidera el conteo en la región, también fue la moneda que más perdió valor este año entre las de los países del G20, según la consultora brasileña Austin Rating, y la sexta con peor desempeño en el mundo, después de Sudán del Sur (-72 %), Etiopía (-56,5 %), Nigeria (-41,7 %), Egipto (-39,2 %) y Venezuela (-30,8 %).
Por su parte, el peso mexicano muestra una variación del -21,1 % para final de año a pesar de que comenzó 2024 con una revaluación inferior al 1 % que llegó a ser casi del 4 % a comienzos de abril antes de revertir la tendencia en mayo.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la divisa mexicana es la décimo sexta moneda más negociada en el planeta con movimientos diarios de US$ 114.000 millones. Sin embargo, los analistas atribuyen a los errores de las autoridades monetarias y políticas la volatilidad y debilidad actual.
Le sigue en el ranking el peso chileno, con una depreciación del -13,3 %. Esta divisa comenzó el año con la mayor pérdida de valor, incluso superó el -12 % a mediados de febrero. Y aunque la tendencia se moderó el segundo y el tercer trimestre, comenzó a repuntar de nuevo en octubre.
Aunque Chile registró una de las recuperaciones económicas más rápidas del mundo tras la pandemia, la dinamización del mercado laboral no ha mostrado la misma velocidad, la inflación se mantiene alta y se han encarecido los precios de las materias primas, lo que detiene el consumo.
Finalmente, la menor devaluación la registra el sol peruano, que termina el año con el -1,6 %. La divisa incluso alcanzó a registrar revaluaciones en cinco ocasiones en el año, la más alta de ellas, a mediados de marzo, fue superior al 1 %.
Lo anterior es producto de las medidas tomadas por el Banco Central de Reserva del Perú que estrechó el diferencial de tasas de interés que tenía con la Reserva Federal y intervino el mercado cambiario por medio de la venta directa de dólares y en el mercado de derivados, según analistas.
Y es que el dólar se ha fortalecido a nivel global. De hecho, el índice del dólar estadounidense, el DXY, pasó de un valor de US$100,16 a uno de US$108,05 entre el 1 de enero y este lunes 30 de diciembre, aunque alcanzó a tocar los US$108,5 a mediados de diciembre.
Con una ganancia de más del 8 % frente a otras seis monedas fuertes del mundo (euro, yen japonés, libra esterlina británica, dólar canadiense, corona sueca y franco suizo) en lo que va del año, la divisa estadounidense ha demostrado su supremacía gracias a los indicadores de desempleo, inflación y tasas de interés.
Así se comportó el peso colombiano respecto al dólar
El peso colombiano terminó el año con una devaluación del -14 % respecto al dólar. A pesar de que la divisa estadounidense alcanzó un valor mínimo de $3.800 en el mercado el 8 de abril, registra un promedio de $4.072, según Fedesarrollo, que se explica en el repunte visto a partir de junio, lo que significa que se apreció 5,9 % frente a 2023.
De hecho, el dólar en Colombia alcanzó un valor máximo de $4.530 el 13 de noviembre. Ese mismo día, en el mercado internacional, la moneda estadounidense se ubicó en el nivel más alto desde abril, luego de conocerse que la inflación en EE.UU. fue del 2,6 % anual en octubre.
De acuerdo con el grupo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, el peso colombiano ha perdido terreno en la misma magnitud que las demás monedas de la región. No obstante, fue la segunda moneda de Latinoamérica con mejor registro al cerrar el año, “dado el ajuste al alza de las expectativas de tasa de interés en el país, que favorecería la estrategia de carry trade, tras el ajuste del salario mínimo para 2025”.
La entidad financiera anotó en un informe que durante el primer semestre de 2025 la tendencia será hacia la devaluación y que probablemente llegará a niveles de $4.700, o incluso a los máximos históricos.
Por el contrario, Fedesarrollo anticipa una depreciación de la moneda, alcanzando un nivel de $4.477, lo que atribuye a la incertidumbre fiscal, la caída en los precios de los commodities y la contracción en la producción de petróleo.
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