Este 5 de agosto, la fuerte caÃda en la bolsa de Japón ha encendido todas las alarmas en los mercados financieros globales y revivió el fantasma de la recesión y un nuevo ‘crash’.
El Ãndice Nikkei, referente bursátil japonés, sufrió una pérdida del 12,40 %. En solo tres dÃas, el principal mercado asiático se encuentra al borde de un ciclo bajista, acumulando un recorte del 19,5 % desde el pasado jueves.
Esta corrección también ha impactado el mercado de las criptomonedas, considerado habitualmente un refugio ante las caÃdas de las bolsas. Criptoactivos como Bitcoin y Ethereum, las más negociadas y capitalizadas del mundo, han experimentado un desplome del 15 %. Los mercados europeos amanecieron en negativo, reflejando el impacto global.
El Ãndice Taiex de la Bolsa de Taiwán cerró la sesión con una caÃda del 8,35 %, mientras que el selectivo Kospi de Corea del Sur retrocedió un 8,77 %.
En Estados Unidos, a pocas horas de la apertura de Wall Street, el denominado Ãndice del miedo, el VIX, se disparó más del 60 %, cotizando por encima de los 30 puntos, alcanzando máximos no vistos desde la pandemia en la primavera de 2020.
Este fenómeno ocurre en agosto, un mes volátil caracterizado por episodios de pánico momentáneo y bajos niveles de negociación, lo que amplifica los movimientos de los Ãndices.
Los tres bancos más grandes de Japón y sus caÃdas
Las acciones de los tres bancos más grandes de Japón también sufrieron fuertes caÃdas: Mitsubishi UFJ Financial Group ($MUFG) cayó un 2 1%, Sumitomo Mitsui Financial Group ($SMFG) se desplomó un 16 %, tocando el lÃmite inferior diario, y Mizuho Financial Group ($MFG) registró una pérdida del 12 %, la mayor desde marzo de 2020.
¿Por qué caen tan fuerte las bolsas del mundo?
Los analistas describen este movimiento como una corrección, aunque por primera vez en meses se habla abiertamente de una posible tendencia a la baja en los mercados, tras un periodo prolongado de compras excesivas en el sector tecnológico en EE.UU., que ha afectado al resto de los mercados.
La agitación actual no se puede entender sin considerar los eventos del pasado viernes. El Nasdaq 100 perdió un 5 % en las dos últimas jornadas. El gigante de la informática Intel se desplomó un 30 % tras anunciar el despido del 15 % de su plantilla, aproximadamente 15.000 personas. Nvidia, lÃder en el sector de semiconductores y en la inteligencia artificial, acumuló una caÃda del 20 % desde sus máximos de tres semanas atrás en Nueva York.
El pasado viernes, Estados Unidos confirmó una desaceleración en la creación de empleos, uno de los indicadores más seguidos por el mercado. Este dato aumentó los temores de un aterrizaje brusco de la economÃa americana y la posibilidad de que la Reserva Federal llegue tarde para evitar una desaceleración excesiva, con un impacto significativo en el empleo.
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El fantasma de crash de 1987
El Lunes Negro de 1987 es recordado como uno de los eventos más dramáticos en la historia de los mercados financieros globales. El 19 de octubre de 1987, las acciones cayeron en todo el mundo de manera abrupta y significativa, generando una ola de pánico entre los inversores. En Japón, el Ãndice Nikkei 225 se desplomó 3.836,48 puntos, lo que representó una caÃda cercana al 15%. Esta caÃda reflejaba un sentimiento global de que los precios de las acciones eran excesivamente altos y que una corrección del mercado era inminente.
El fenómeno no fue aislado a Japón; otros mercados globales sufrieron caÃdas aún más pronunciadas. En Estados Unidos, el Dow Jones Industrial Average se desplomó un 22,6%, la mayor caÃda porcentual en un solo dÃa en su historia. Los mercados europeos y asiáticos también experimentaron descensos severos, lo que llevó a una crisis de confianza a nivel mundial.
A pesar de la magnitud del colapso, los mercados japoneses lograron recuperarse relativamente rápido. Japón, en ese momento, se encontraba en medio de una burbuja financiera alimentada por la especulación inmobiliaria y el acceso fácil al crédito. Esta burbuja permitió que el Nikkei 225 continuara subiendo, alcanzando un pico de casi 39.000 puntos antes de sufrir su propio colapso a principios de 1990.
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