El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador dijo que se opone a una reforma de la Ley de Petróleos Mexicanos, con la que su partido Morena en la Cámara de Diputados buscaba darle el control total de la petrolera estatal Pemex, a través de su director, Octavio Romero Oropeza.
El anuncio es sorprendente, considerando que la reforma fue claramente promovida por su administración. López Obrador aseveró que su Gobierno no impulsa esos cambios legales al sector energético que solo dan más armas a opositores para opinar que toma decisiones autoritarias.
Sin embargo, el cambio es muy bien recibido, ya que evita un nuevo impacto negativo en la confianza de los inversores en la empresa.
La reforma habría borrado casi todas las atribuciones del Consejo de Administración y del director.
En contraste, el CEO habría asumido todas las facultades más relevantes de la firma, incluida la definición de directores, proyectos productivos y estratégicos y, en general, administrar la firma como lo considere oportuno.
En general, la oposición declarada del presidente a la reforma lo deja sin posibilidades de avanzar, dado su estricto control del Congreso.
Aprobar la reforma hubiera sido muy preocupante, especialmente dada la inexperiencia del actual CEO de la firma, Octavio Romero, dijo CEEMarketWatch.
Por lo tanto, concluyó que la medida habría empujado a los analistas a evaluar Pemex peor de lo que ya lo han hecho, en medio de una crisis impulsada por el gobierno debido a la decisión errónea de aumentar la capacidad de refinación de la empresa, con un costo financiero masivo, en lugar de fortalecer su base productiva.
(Reporte especial de CEEMarketWatch para Valora Analitik)