Durante los últimos días se han mantenido las tensiones entre Colombia y Guatemala, con comentarios que van y vienen entre los funcionarios de ambos países. ¿Pero por qué se da la disputa?
Las confrontaciones empezaron el pasado lunes 16 de enero, luego de que la Fiscalía del país centroamericano, en cabeza de Rafael Curruchiche, anunciara a la opinión pública que iniciaría una investigación contra el ministro de Defensa colombiano, Iván Velásquez.
Velásquez es acusado por esa entidad de haber, presuntamente, permitido acuerdos de cooperación en Guatemala con la constructora Odebrecht, empresa envuelta en uno de los mayores escándalos de corrupción en América Latina.
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La Fiscalía de Guatemala lo acusa de estar asociado con la pérdida de más de US$380 millones y se le pide responder por supuestos “actos arbitrarios y abusivos”.
Lo anterior, mientras el actual ministro de Defensa de Colombia se desempeñaba en Guatemala como miembro de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig), entidad que se creó en ese país de la mano de Naciones Unidas (ONU). El ministro de defensa colombiano permaneció allí entre 2013 y 2017.
Iván Velásquez en la Cicig de Guatemala
Mientras estuvo en Guatemala en la Cicig, Iván Velásquez estuvo al frente de varios procesos que se lideraron en conjunto con la fiscalía de ese país.
Más adelante, sin embargo, el entonces presidente guatemalteco, Jimmy Morales, como cuenta el diario El Espectador, le negó la entrada a Velásquez al país y lo consideró como una persona non grata.
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“En su momento, la Cicig y la Fiscalía determinaron que el exministro de Comunicaciones de Guatemala, Alejandro Sinibaldi, gestionó y concertó el pago de sobornos con los directivos a cambio de adjudicar contratos de construcción de carreteras, beneficiando al excandidato presidencial, Manuel Antonio Baldizón y al empresario Carlos Arturo Batres”, explicó el medio de comunicación citado.
Las reacciones a las acusaciones de Guatemala
El mismo día de las acusaciones en su contra, Velásquez salió a contestar a través de un comunicado. “No he sido notificado de ningún requerimiento por parte de las autoridades de Guatemala”, dijo en primera instancia.
Reiteró, además, que tiene “la plena tranquilidad de que el trabajo adelantado en ese país se realizó con total transparencia y dentro del marco legal que amparaba el funcionamiento de la Cicig”; y que su compromiso con la transparencia se mantendría en las labores que desempeña hoy en la cartera de Defensa colombiana.
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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, salió desde el primer momento a defender a su funcionario. Durante los primeros días, el mandatario lanzó frases como la de que no permitiría que la “corrupción” atacara a Velásquez.
Más recientemente, insistió, desde Davos (Suiza), en su visita al Foro Económico Mundial (WEF), que Colombia no arrodillaría la soberanía nacional ante una acción corrupta, provenga de quien provenga”.
Por su parte, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, respondió a Petro en estos días que es necesario manejar la cordura.
Finalmente, el portavoz de la ONU, Farhan Haq, dijo esta semana que partiendo de los puntos bajo los que se creó la Cicig en ese país, quienes integraron el personal internacional de la comisión anticorrupción tiene “privilegios e inmunidades”.
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