El pasado viernes, 8 de julio, Moody’s Investors Service (Moody’s) bajó las calificaciones de emisor del Gobierno de México y las calificaciones senior no garantizadas de largo plazo a Baa2 desde Baa1, las calificaciones senior no garantizadas del programa de notas de mediano plazo y las calificaciones provisionales sénior no garantizadas de largo plazo a (P)Baa2 desde (P)Baa1.
Del mismo modo, la calificadora cambió la perspectiva a estable desde negativa. Lea más Noticias Económicas Internacionales.
Renzo Merino, analista principal de Moody’s para México, explicó este lunes que los factores que contribuyeron a este cambio en la calificación están relacionados, en primer lugar, conforme a las tendencias tanto económicas como fiscales que ha observado Moody’s en los últimos años «y que creemos que resistirán, por lo menos, en los próximos dos años. Estas han afectado el perfil crediticio del Gobierno, de forma que se ha ido debilitando y creemos que ahora el perfil crediticio del Gobierno estará más bien asociado con el nivel de calificación«, afirmó.
En lo que respecta a las perspectivas económicas, Merino destacó que la calificadora lo que recalca es que, por un lado, han observado tendencias negativas relacionadas a la inversión en el país -las cuales ya precedían la pandemia-, sin embargo, creen que luego de una recuperación tras lo vivido en el 2020, México ha visto una recuperación «muy gradual de la inversión en el país y creemos que esto pesará en las perspectivas de corto plazo para la economía mexicana y también más hacia el mediano plazo», dice.
“Hay otros temas estructurales, como, por ejemplo, la informalidad, la participación femenina en la fuerza laboral o temas de larga data como una baja productividad en la economía mexicana, que creemos que también serán factores que conllevarán a que el crecimiento de la economía mexicana sea relativamente más bajo que el de sus pares de calificación«, indicó el analista principal de Moody’s para México.
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Así las cosas, Merino afirmó que la calificadora prevé que la economía mexicana experimentará un crecimiento cercano al 2 % entre 2022 y 2024. En consecuencia, precisó que la recuperación de la economía mexicana será una de las más lentas en comparación con otras economías emergentes.
En lo que atañe al lado fiscal, el analista señaló que una mayor rigidez del gasto fue el factor que contribuyó en la baja de la calificación.
«Estas riquezas están asociadas a compromisos de política de la administración actual, como los apoyos a las empresas estatales, en particular Pemex. También a un aumento en lo que son las cargas de las pensiones, sobre el gasto total, y también de cara a nuestra expectativa de que la carga de los intereses aumentará en los próximos años, en particular en un contexto donde las tasas de interés serán mucho más altas de lo que esperábamos hace un año», explicó Merino.
De acuerdo con el analista de Moody’s para México, otro factor relacionado que fue tenido en cuenta para la calificación soberana es el uso de los colchones financieros que tenía el gobierno «y que creemos que ya no están. Dado a que se han utilizado casi en su totalidad, ya no estarán disponibles para ayudar a compensar pérdidas de ingresos en los últimos años y eso podrá complicar un poco el manejo fiscal y en particular para apoyar la habilidad de las autoridades controlando el déficit fiscal», añadió.
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Perspectiva estable
En lo que refiere a la perspectiva estable, la calificadora prevé que las autoridades continuarán haciendo un manejo «prudente» de la macroeconomía tanto por el lado fiscal como monetario, lo que ayudará para que no haya desbalances macroeconómicos importantes en los próximos dos años que puedan llevar a un deterioro aun mayor en cuanto a los fundamentos económicos o fiscales de los que espera Moody’s actualmente.