La reciente escalada arancelaria impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha encendido las alarmas sobre una posible recesión en Estados Unidos y un repunte sostenido de la inflación.
El director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, ha expresado recientemente su preocupación sobre los aranceles implementados por el presidente Donald Trump, advirtiendo que podrían aumentar la inflación y desacelerar el crecimiento económico en Estados Unidos.
“Es probable que veamos consecuencias inflacionarias, no solo en los bienes importados, sino también en los precios internos, a medida que aumenten los costos de los insumos y la demanda de productos nacionales”, dijo Dimon.
Y agrega: “Está en duda si el menú de aranceles provocará o no una recesión, pero desacelerará el crecimiento”.
Bajo ese panorama, Valora Analitik consultó a Germán Cristancho, gerente de Investigaciones Económicas y Estrategia de Davivienda Corredores, y a Diego Alejandro Sánchez, analista de renta variable para el Grupo Alianza, con el fin de explicar cuáles qué tan posible es que haya una recesión en el país norteamericano y los efectos que tendría.
¿Podría haber un aumento de inflación en Estados Unidos?
«Los aranceles anunciados sin duda generaron una mayor incertidumbre sobre la economía americana, incrementando las probabilidades de recesión que ya estaban mostrando indicadores adelantados«, asegura Cristancho.
En particular, menciona el deterioro en los índices de confianza del consumidor y del sector industrial como señales de alarma.
Más allá de la desaceleración, Cristancho advierte que Estados Unidos podría enfrentar un escenario de estanflación, es decir, una combinación de bajo crecimiento con alta inflación. “Lo anterior abre la posibilidad a un escenario de estanflación, que en el caso de la inflación puede llevar a que esta se mantenga cerca al 4,5 %, limitando la normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal”, señala.
El experto explica que esta situación complicaría la estrategia del banco central estadounidense, que ha buscado reducir las tasas de interés para estimular la economía. Con una inflación persistentemente alta, esa política quedaría limitada.
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Por su parte, Diego Alejandro Sánchez señala que uno de los efectos más complejos de este escenario se relaciona con la política monetaria. “Un incremento de la inflación le genera presión al banco central de Estados Unidos, que es la Reserva Federal, para no bajar sus tasas”, Esta situación sigue siendo una piedra en el zapato para la actividad económica”.
Y agrega: “La Reserva Federal se encuentra en medio de un pulso reñido entre la inflación y el riesgo de recesión, lo que hace que la niebla sea un poco más espesa para los inversionistas”, concluye Sánchez.
¿Posible recesión en Estados Unidos?
Germán Cristancho explica que existen distintos tipos de recesión y que no todas conllevan un deterioro estructural. “Una recesión técnica es una contracción durante dos trimestres consecutivos en una economía, y en este caso es muy probable que eso se pueda llegar a dar”, advierte.
No obstante, aclara que “una recesión desde el punto de vista amplio, que genere deterioros en el empleo, caídas en el PIB y en el ingreso de los hogares, pareciera no ser el escenario central en este momento”.
Sin embargo, Sánchez, por su parte, destaca que esta indefinición en las reglas de juego está afectando el entorno de negocios. “La incertidumbre genera dificultades para hacer negocios porque las reglas de juego no están claras”, explica. En consecuencia, “numerosos inversionistas pueden preferir pausar sus planes de inversión hasta tener más claridad, lo que ralentiza el crecimiento económico, que ya es bajo en los EE. UU.”, agrega.
Esa combinación de freno en la inversión privada y pérdida de dinamismo en el consumo hace que “las probabilidades de una recesión sean cada vez más altas”, advierte Sánchez.
Duración de los aranceles definirá el golpe al crecimiento
La prolongación de las medidas proteccionistas podría generar efectos más profundos. “Es importante tener presente qué tanto tiempo duren, porque esto sí va a hacer que se pospongan muchas decisiones de inversión y de gasto, y podrían llegar a generar impactos en la creación de empleo y en el consumo de los hogares”, explica Cristancho.
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Más allá del plano económico, Sánchez recuerda que los aranceles también han sido utilizados como un instrumento de presión geopolítica. “La administración Trump los ha venido usando para lograr concesiones de parte del mundo en otras áreas, como la militar o la financiera”, indica.
Se trata, en su opinión, de una estrategia con implicaciones que van más allá del comercio, pues introduce un alto grado de incertidumbre en los mercados internacionales. “Apenas se están viendo las respuestas de los países más afectados, por lo que aún no se conoce el monto ni la forma final de los aranceles”, sostiene.
Impacto en América Latina y en Colombia
Finalmente, una eventual recesión en EE. UU. tendría efectos indirectos en América Latina, principalmente a través del canal de las materias primas. “Una recesión termina generando un impacto sobre el precio de las materias primas, y eso afecta directamente a países latinoamericanos que son grandes productores y exportadores”, advierte.
En el caso de Colombia, el impacto sería más limitado debido a la menor exposición al comercio exterior. “Es importante tener presente que, en Latinoamérica, o en países como Colombia, no somos economías tan abiertas al comercio exterior, sino que dependemos más del consumo de los hogares”, explica.
Y concluye: “Salvo que el golpe en materias primas sea demasiado fuerte, uno debería pensar que el impacto en Colombia puede ser de una leve desaceleración o un leve choque, pero no necesariamente un impacto severo”.