Antioquia apuesta por descentralizar las capacidades de ciencia, tecnología e innovación, como estrategia para incrementar la competitividad y la generación de empleo en las regiones del departamento.
La premisa es sencilla: la innovación es un vehículo para incrementar la competitividad, la transformación de los territorios y la optimización de los recursos actuales, objetivos que se logran con investigaciones aplicadas a los retos y demandas de cada zona, que entiendan sus dinámicas, contexto económico y necesidades de los pobladores.
“Antioquia ocupa el segundo lugar en Colombia con relación al Índice Departamental de Competitividad, cuando analizamos los 125 municipios del departamento, encontramos que dichas capacidades están concentradas principalmente en Medellín y los municipios del Valle de Aburrá. Cerrar las brechas entre las subregiones de Antioquia es nuestra prioridad, y una de las herramientas para lograrlo es llevando capacidades de innovación” Expresa Daniela Trejo, Secretaria de Desarrollo Económico, Innovación y Nuevas Economías del departamento.
Es por esto que la Secretaría de Desarrollo Económico, Innovación y Nuevas Economías del Departamento de Antioquia, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el Distrito de Turbo, y demás actores del sector académico, social y empresarial, lanzaron el primer Centro Regional de Investigación, Innovación y Emprendimiento – CRIIE en Turbo (Urabá antioqueño), uno de los tres polos seleccionados por la Gobernación para crear capacidades institucionales y territoriales, que permitirán anclar capacidades que faciliten prestar servicios a la región en la búsqueda del fomento del emprendimiento innovador y el desarrollo empresarial. Los otros estarán ubicados en Oriente y Suroeste.
Las pequeñas y medianas empresas urabeñas encontrarán en el CRIIE oportunidades para fortalecer sus capacidades y conocimientos y para crear redes que solucionen las necesidades de la región. “Uno de los ejes centrales de operación del centro, será la disposición de una bolsa de recursos para cofinanciar proyectos e iniciativas de investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento”, explica la secretaria Trejo, todo con el fin de dar vida a negocios de alto impacto.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, las alcaldías municipales y el sector productivo son aliados estratégicos del proyecto. El primer acuerdo de voluntades para hacerlos realidad fue firmado entre las partes el pasado 22 de abril en Turbo (región Urabá) para crear un centro en ese municipio. Este Centro cuenta con aliados claves como el SENA y Comfama y se espera que comience a operar para finales de este 2021.
Lo más importante para que ese paso pueda darse es encontrar cuál será su vocación, en compañía de la comunidad. Para el de Urabá se contemplan los temas de logística portuaria, agroindustria y turismo sostenible; mientras que en el de Suroeste se priorizan sectores como la bioeconomía, negocios verdes o agroindustria. El de Oriente, estará enfocado en el sector aeroespacial, nuevos materiales y farma.
Una vez definida la vocación se determina un modelo de operación y se hacen las adecuaciones de infraestructura para que los emprendedores lleguen a ocupar los espacios, darles vida. De esta forma, esperan que se creen proyectos de innovación y de base tecnológica, dentro de esas temáticas que potencien las regiones, en articulación con las autoridades locales, departamentales y nacionales. Los centros regionales también contarán con una bolsa de recursos destinados a potenciar proyectos e iniciativas de emprendedores de cada región.
Fortalecer las regiones desde la ciencia, tecnología e innovación
Nathalia Vélez, directora de I+D+i de la Universidad EIA, destaca que se debe saber potenciar la vocación de cada región para darle tecnología a esa aptitud y permitir que la comunidad se quede en su región gozando de una mejor formación.
César Tamayo, decano de la escuela de Economía y Finanzas de la Universidad Eafit, detalla que, «si bien Medellín concentra buena parte del capital humano y la infraestructura física para la investigación, las subregiones ofrecen entornos únicos para la innovación y la transferencia tecnológica”.
Tamayo considera que sectores como el agropecuario pueden incrementar su productividad a partir de los resultados de proyectos de CTeI desarrollados en conjunto con investigadores. “Esto les permite crecer y reactivar el empleo. Pero otros sectores menos tradicionales nos pueden ayudar a reactivar estas economías regionales también», agrega el experto.
Los centros serán puntos de anclaje con el resto de municipios cercanos y se aplicará un modelo de inserción laboral para conectar a los jóvenes de cada zona con las empresas que brindan empleo en los sectores que estos trabajarán.
Luis Fernando Suárez, gobernador (e) de Antioquia, lideró la firma de voluntades del centro de Urabá y aseguró que “hacer realidad el distrito de innovación, con laboratorios de innovación que impulsen y desarrollen el potencial de esta región, es una muy buena noticia para Urabá y para Antioquia”.
Los centros regionales de investigación, innovación y emprendimiento se constituyen como una de las apuestas del departamento para fortalecer la ciencia de la región, una tarea en la que también destaca la labor que ha hecho la Gobernación para identificar nuevas cepas de la Covid-19.
Antioquia, con una agenda de innovación
El departamento trazó la Agenda Regional de Investigación y Desarrollo hacia la Innovación, que fue construida por las universidades del G8, Ruta N, el ITM y la Gobernación para fortalecer las capacidades de investigación y desarrollo.
Esta tuvo una convocatoria en 2020 para financiar proyectos que vincularan los esfuerzos de la academia sobre estos tres temas y está por abrirse una nueva, que será parte de la estrategia de descentralización de capacidades en esos ámbitos.
El gran objetivo es que los grupos de investigación de diferentes universidades del departamento trabajen unidos para articular proyectos dentro de las temáticas de la agenda regional.
Algunas de estas son la apropiación de tecnología en el agro 4.0, bioeconomía, crecimiento verde, Objetivos de Desarrollo Sostenible, geodecisiones empresariales, urbanismo e inclusión desde la discapacidad, salud, entre otros. La financiación sería de, aproximadamente, $1.800 millones.
De esta forma, Antioquia articula sus esfuerzos para descentralizar las capacidades de ciencia, tecnología e innovación, con proyectos articulados con las realidades de las regiones en los que se suman los esfuerzos del sector público, el privado, la academia y la ciudadanía.
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