El sistema de transporte público de Bucaramanga pasa por una fuerte crisis y necesita que se tomen decisiones rápidas de parte de los entes territoriales.
Esta es la opinión dada por el Gobierno Nacional, que prendió las alarmas por las cuentas del Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM), denominado Metrolínea.
De acuerdo con el Ministerio de Transporte, es necesario que se tomen medidas para salvaguardar a la entidad, definiendo una alternativa que garantice la prestación del servicio de transporte y su adecuado nivel de calidad.
Eso sí, para el Gobierno, la decisión que se tome también debe solucionar la problemática laboral de los trabajadores de Metrolínea.
“Es urgente que la alternativa que definan los municipios socios del sistema, en el marco de su autonomía y sus competencias, se implemente a la brevedad posible para atender la problemática actual”, dijo en un comunicado.
¿Por qué el sistema de transporte público de Bucaramanga está mal?
A su vez, explicó que en mesas de trabajo recientes se confirmó una necesidad inicial de recursos por $30.000 millones, pero dejó claro que la responsabilidad de gestionarlos no es del Gobierno Nacional.
Por lo anterior, instó a las autoridades de la región para buscar la forma de salvar el sistema de transporte público de Bucaramanga.
De acuerdo con el MinTransporte, la situación financiera de Metrolínea es compleja, teniendo en cuenta que, desde su concepción, tenía una expectativa de atención de más de 400.000 santandereanos por día.
Sin embargo, a lo largo de los últimos 14 años, solo ha alcanzado demandas máximas promedio del orden de 144.000 pasajeros.
Incluso, en la actualidad, las cifras promedio del día apenas llegan a 18.000 personas, lo cual ha generado inconvenientes asociados a la sostenibilidad de su operación.
Sumado a lo anterior, al sistema se le han hecho inversiones por el orden de $1 billón, de los cuales la Nación ha puesto cerca de $700.000 millones como cofinanciador.
Como si esto fuera poco, Metrolínea se ha enfrentado a diversas situaciones que han agravado sus cuentas financieras.
Entre estas, una escasa oferta de vehículos y frecuencias, que han generado que hoy no tenga el nivel de servicio adecuado para atender la demanda de transporte del Área Metropolitana de Bucaramanga.
Pero también está el hecho de que no logra cubrir sus costos de operación y de nómina, ni tampoco está utilizando el 100 % de la capacidad de infraestructura construida.
Con este contexto, el Gobierno pidió que se tomen soluciones urgentes, sobre todo para que se pueda salvar el sistema de transporte público de Bucaramanga.
