Las disidencias de las FARC, conocidas como Segunda Marquetalia, ha confirmado una fractura interna que podría complicar aún más las negociaciones de paz con el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Walter Mendoza, jefe de la delegación de esta organización en los diálogos, aseguró que esta ruptura se hizo evidente tras una carta atribuida a Iván Márquez, líder del grupo armado.
En la misiva, Márquez expresó su desacuerdo con el rumbo del proceso de paz, denunciando un “uso inadecuado” del mismo y prohibiendo el uso del nombre Segunda Marquetalia.
Además, desautorizó reuniones bilaterales entre el Gobierno y ciertos líderes de la organización, argumentando que estas no habían sido consultadas con él.
“Las reuniones organizadas en el Putumayo y las posteriores no fueron coordinadas con el comandante de la Segunda Marquetalia, aunque uno de los convocantes sea el jefe de nuestra delegación de paz”, señaló.
Mendoza, entrevistado por Blu Radio, confirmó que la carta – aún a la espera de su veracidad – los tomó por sorpresa, pero aseguró que la mesa de negociación continuará pese a las divisiones internas.
“Colombia puede estar tranquila de que el proceso de paz sigue adelante con los Comandos de Frontera, la Coordinadora Guerrillera del Pacífico y otros grupos que quieran sumarse al diálogo”, afirmó, aunque reconoció la necesidad de ajustar la agenda y replantear las dinámicas de la negociación.
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Petro sobre la ruptura de la Segunda Marquetalia
Por su parte, el presidente Gustavo Petro se refirió a la situación a través de su cuenta en X (antes Twitter), calificando la división interna como un avance hacia la paz. “La transformación de los territorios abandonados de Colombia es lo que trae la paz. Seguiremos insistiendo en el diálogo, pero quienes no acepten este camino serán enfrentados por la fuerza pública bajo los términos de la Constitución”, señaló el mandatario.
Petro también destacó las fracturas en otros grupos disidentes de las FARC, como los liderados por Gentil Duarte y ahora por Márquez, subrayando que estas divisiones giran en torno a aceptar o rechazar la posibilidad de la paz con su administración. “La mesa sigue, aunque con nuevos desafíos y ajustes”, concluyó Mendoza, reiterando el compromiso de avanzar en los diálogos pese a las dificultades.
