La disminución de ingresos para las compañías de telecomunicaciones dependerá de las restricciones impuestas en cada país.
Un informe de OBS Business School advirtió el impacto del Covid-19 en el sector de las telecomunicaciones en Latinoamérica. La industria se ha visto afectada de distintas maneras a pesar de estar posicionada como un servicio esencial -precisamente- por todo lo que conllevan los confinamientos que han tenido lugar en todo el mundo, donde el teletrabajo se ha impuesto como una necesidad más que como una sugerencia.
Jesús Javier Reglero Sánchez, director del Máster en Dirección Financiera de OBS Business School, destaca que “se prevé una contracción en los ingresos de los operadores de telecomunicaciones de entre el 3% al 14%”. La gravedad de esta disminución para cada compañía dependerá, en gran medida, de las restricciones impuestas en cada país.
Además, el impacto de las inversiones de estos operadores puede llegar aproximadamente al 10% y 20%, lo cual podría retrasar los proyectos presupuestados para mejorar y aumentar las infraestructuras de telecomunicaciones con 5G, la expansión de la fibra óptica en lugares con menos densidad de población o la inversión en servicios de calidad y atención al cliente.
Asimismo, agregó que la mayoría de organizaciones de la industria tomaron acciones para contribuir en la pandemia asegurando el acceso a información a los clientes afectados, además del aseguramiento de la conexión de aquellas personas con mayor riesgo de no poderse comunicar por problemas económicos.
Para esto, en casi todos los países, los principales operadores pactaron con los correspondientes organismos reguladores una serie de planes y ayudas a los clientes más desfavorecidos con el fin de evitar que la crisis económica llevará a una desconexión de una parte de la población.
Las medidas más comunes en este aspecto han sido: ayudas a familias con hijos en casa debido al cierre de las escuelas, descuentos en las tarifas, negociación de la deuda de clientes de ciertos estratos sociales o actualizaciones gratuitas de las velocidades de banda ancha y los topes de datos.
Un segundo problema para tratar ha sido asegurar la capacidad de la infraestructura existente en cada país para dar servicio al incremento repentino de demanda debido al confinamiento y el consiguiente aumento del teletrabajo, evitando interrupciones en dicho servicio. Esta situación supone una gran inversión por parte tanto de los operadores como de los gobiernos.
El análisis agrega que, si el valor bursátil refleja las perspectivas del sector, estos han mostrado un comportamiento muy desfavorable en los últimos meses que arrastra, además, una pobre evolución de los últimos tres años. El sector también se enfrenta a unos desafíos financieros, económicos y sociales debido a la situación actual del COVID-19.
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Panorama en Colombia
El docente de OBS especificó que la industria de las telecomunicaciones en Colombia se encuentra repartida entre un gran líder, Claro, filial de América Móvil; seguida de Movistar (filial de Telefónica); y Tigo (propiedad de la multinacional Millicom y el Grupo EPM). Estas tres empresas están presentes en los sectores de telefonía fija, móvil y banda ancha, y entre las tres suman cerca del 90% de la cuota del mercado nacional.
La marca Claro lidera el mercado cuenta con cerca del 47% de los usuarios. Esta filial de la mexicana América Móvil operaba en telefonía móvil como Comcel y en telefonía fija, televisión e Internet como Telmex. Desde el 2012 opera en todos estos ámbitos bajo el nombre de Claro.
Movistar es la segunda mayor compañía con cerca del 25%, entró en Colombia en 2004 como operador de telefonía móvil, y en 2012 pasó a operar en telefonía fija e Internet, convirtiéndose en uno de los principales jugadores de telecomunicaciones del país.
La tercera compañía es Tigo, con cerca del 18 %. Esta organización nace en 2006 de la colaboración del Grupo EPM y la multinacional Millicom International Cellular, con el objetivo de competir con las dos empresas ya mencionadas, que estaban ya establecidas. En este momento se encuentran entrando más jugadores que han generado polémica por su estrategia de atraer clientes.
Perú y su dinámica
La industria de telecomunicaciones en Perú está liderada por Movistar, Claro, Entel Perú y Bitel (filial de Viettel). Estos operadores se encuentran con el reto para desarrollar una mejor la cobertura y la calidad de las instalaciones de 4G en zonas más remotas y rurales del país.
“La privatización de las empresas estatales Compañía Peruana de Teléfonos S.A. y Entel Perú en el año 1994, sirvió para que la empresa española, Telefónica, se hiciese con estas entidades y estableciera una posición de liderazgo. Actualmente, cuenta con una cuota de mercado aproximado del 32%, que se traduce en aproximadamente 15,4 millones clientes. Movistar Perú ofrece varios productos y servicios de telefonía fija y móvil a sus segmentos de clientes principales; empresas medianas y pequeñas, profesionales y personas”, recalcó Reglero Sánchez.
El mayor competidor de Telefónica en Perú es Claro, la filial peruana de la empresa mejicana América Móvil. Esta ocupa una posición en el mercado de aproximadamente el 30 %, a través de los productos de telefonía fija y móvil, Internet, televisión por cable y por satélite.
La tercera posición del mercado de telecomunicaciones peruana lo ocupa Entel Perú con una cuota de mercado del 20%. Esta filial de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones chilena ofrece múltiples servicios de telefonía fija y móvil, Internet, transporte satelital de señales de radio y televisión, operación de data centres y servicios IT.
En 2014, la empresa vietnamesa, Viettel, inició operaciones. Aunque es el cuarto operador con una cuota de mercado del 17 %, actualmente opera la red de fibra óptica más grande del país. Opera principalmente en los segmentos de telefonía móvil, Internet y televisión por cable digital.