América Latina, al igual que el resto del mundo, no puede escapar a un fenómeno inflacionario que pone contra las cuerdas, primero, a los consumidores locales y, en segundo lugar, a los bancos centrales, con cambios drásticos al alza en el manejo de la tasa de política monetaria.
Con esto de base, en la región, entre las economías más importantes, el comportamiento de la inflación se convierte en la variable de mayor peso para fijar los cimientos de la reactivación.
Empezando por Argentina, y entendiendo su fenómeno atípico de inflación de hace ya varios años, esa nación, en el último año, se situó en el 50,9 %.
Un dato que si bien denota un fuerte encarecimiento de bienes y servicios, deja resultados diferenciales cuando se compara con los fenómenos en el resto de América Latina. De un lado, por ejemplo, el mayor incremento llega de los precios en hoteles y vestuario.
Pero, además, hay que tener en cuenta que la inflación en Argentina se reduce desde el 53,8 % que se informó en 2019, un año antes de la pandemia.
Ahora, al revisar el resto de las economías importantes de la región, el comportamiento parece ser muy parecido, teniendo como telón de fondo el hecho de que los precios de los alimentos se han disparado a máximos no vistos hace seis o 10 años.
Los mayores repuntes
En ese sentido, el mayor encarecimiento del costo de vida, quitando a Argentina, lo viene experimentado Brasil, economía que ha llegado a una inflación del 10,06 %, el dato más alto en los últimos seis años.
Para el caso brasileño son otros dos los detonantes de una inflación en máximos: los precios de los combustibles y de la energía también contribuyen al aumento del costo de vida.
Seguido de Brasil aparece México, con una inflación en 7,36 % y la sorpresa de convertirse en el número más alto en los últimos 21 años.
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Tres alimentos vitales para la gastronomía de ese país han presionado al alza los precios: la carne de res, la carne de pollo y los limones, sumado al hecho de que se han visto fuertes alzas en la gasolina de bajo octanaje.
Chile aparece con una inflación del 7,2 %, el resultado se convierte en el más alto de los últimos 14 años. Para el caso de ese país, además de los alimentos, los consumidores han tenido que pagar más por el transporte y por las bebidas no alcohólicas.
El punto particular para Chile se da teniendo en cuenta que ese país vive uno de sus picos inflacionarios más complejos en el marco de un escenario de alta liquidez. Esto teniendo en cuenta las tres aprobaciones de retiro pensional que se dieron en el Congreso de ese país para menguar la crisis por la pandemia del Covid-19.
Otros datos de inflación
De otro lado, Perú viene registrando su inflación más alta en los últimos 13 años, llegando al 6,43 %. Para el caso peruano, los altos precios por alquileres están marcando la ruta en el corto plazo.
Este rubro, sumado al de combustibles y la electricidad, ha repuntado a ritmos del 13 %, siendo parte del mayor peso de la variación. Finalmente, de las económicas más importantes de América Latina, Colombia aparece como la de menor incremento de inflación: 5,62 %, la más alta en los últimos cinco años.
A la espera del resultado de enero de 2022 (que se conocerá este sábado 5 de febrero), los precios de los alimentos, también en máximos desde 2016, son la principal explicación a un hecho que ha llevado al Banco de la República a aumentar sus tasas de interés al 4 %.
Varios de los analistas y organismos internacionales han manifestado que la región llegaría a tener su punto más alto de inflación a cierre del primer trimestre del año.
Lo anterior haciendo salvedad en que deberá esperarse a que los precios de los alimentos empiecen a reducirse desde mayo, gracias a una suerte de normalización del transporte internacional de mercancías y su eventual impacto en el costo de algunos insumos.
De todas maneras, las expectativas para final de año están en que la inflación siga siendo alta, en muchos casos arriba de la meta fijada por los bancos centrales.