Por María Camila Bernal, Vice President Sustainable Finance and ESG Analysis and Advisory Hispanic Latam
En octubre, Colombia será sede de la COP16 de la Biodiversidad, la cual, según el análisis del bufete Gomez Pinzón, se realiza desde 1992 con el propósito de avanzar en la implementación del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal (MMKM), que incluye 23 metas a alcanzar antes de 20301.
De allí, que esta nueva edición, no solo sea la oportunidad para reunir a 196 países de cara a articular esfuerzos entre actores privados, la academia, la ciencia y el sector público con el propósito de definir las hojas de actuación sobre las metas que aún quedan pendientes en asuntos como la conservación de la biodiversidad, la reducción de amenazas, otras asociadas a las personas y sus necesidades y un tercer grupo asociado con las herramientas y soluciones, sino también para identificar y tender puentes de colaboración que permitan optimizar tanto los recursos como los conocimientos para alcanzar soluciones más efectivas y sostenibles.
En el evento PreCOP16 que organizó la ANDI en Bogotá, empezaron a ponerse sobre la mesa algunas ideas enfocadas en este sentido. Por mencionar algunos ejemplos, Brigitte Baptiste, rectora de la Universidad EAN, destacó que las soluciones deben basarse en una transformación cultural profunda, no solo financiera; Sandra Vilardy enfatizó la necesidad de reformar los modelos educativos de pregrado para preparar a los futuros líderes en la integración del ciclo de producción con la naturaleza; y Hernando García, director del Instituto Humboldt, subrayó la importancia de construir acuerdos sociales para el desarrollo sostenible, especialmente en un país como Colombia, dependiente de los commodities y en crecimiento económico.
A lo anterior, yo le incluiría una visión adicional, la necesidad de incrementar los recursos destinados a la biodiversidad, que entre otras, es una de las metas que establece el MMKM, hacen falta más recursos para financiar proyectos de conservación y sostenibilidad.
Según la ONU Comercio y desarrollo en 2023 hubo una reducción del 10 % de la inversión en sectores vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)2 y desde la promulgación de los mismos y tras varios años de buen desempeño se ha visto una ralentización en su desempeño. ¿La razón?, varias, pero una de las más importantes el greenwashing y la necesidad de más claridad y credibilidad sobre las acciones que se están tomando para asegurar que lo que se reporta corresponde a lo que se hace.
En nuestro caso, y basados en información sólida sobre la sostenibilidad, auditorías externas y calificaciones de terceros, colaboramos con el Naturalis Biodiversity Center para proteger y restaurar la biodiversidad, apoyando a científicos especializados y fomentando la innovación financiera; y trabajamos con empresas con compromisos tangibles, medibles y alcanzables asociados a la biodiversidad con el objetivo de financiar hasta EUR 4 billones en los próximos años.
Sin duda, el futuro de nuestra biodiversidad y de nuestro planeta depende de las decisiones y acciones que tomemos juntos, y eso incluye, por supuesto una mayor conciencia sobre el aporte real que puede hacer cada actor. Aprovechemos que la COP16 tiene una relevancia que trasciende las fronteras nacionales para entre todos lograr “detener la pérdida de la biodiversidad planetaria para el 2030 y recuperar la destruida”3.
