Si bien el sector avícola se ha enfrentado a grandes retos como los incrementos de costos en la materia prima y los diversos impactos causados a raíz de la pandemia, el resultado general fue positivo, con un incremento del 3.5% en el 2021, según la Federación Nacional de Avicultores de Colombia – Fenavi.
Gracias a la reactivación económica en Colombia, los avicultores del país continuaron con su misión de proveer a los hogares colombianos las proteínas animales necesarias.
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En ese contexto, y guiado por su propósito de nutrir al mundo de manera segura, responsable y sostenible, Cargill – empresa líder en agroindustria a nivel global – comparte un análisis sobre los principales desafíos y las tendencias que marcarán la producción y operación de la avicultura este año.
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Panorama y tendencias del sector avícola
El sector avícola ha venido desarrollándose de manera favorable en los últimos años, consolidándose dentro de la estructura actual de la economía colombiana y contribuyendo a la reactivación económica del país. De acuerdo con el DANE, en 2020 la participación del PIB Agropecuario creció un 2,8%, y generó aproximadamente 400.000 empleos de manera directa e indirecta dentro de la cadena avícola.
En ese sentido, las recientes inversiones en materia de infraestructura y producción son clave para la evolución del sector, «Colombia es un eje estratégico para el negocio y con las inversiones realizadas en las últimas dos aperturas tanto en la Granja de Reproductoras de Levante El Vínculo en Valle del Cauca y La Planta Incubadora Caribe en Bolívar, aceleramos la mayor parte del plan de inversión, alcanzando el lugar que queríamos en términos de capacidad y cobertura, lo que nos lleva a cumplir el compromiso de Cargill con el crecimiento y fortalecimiento del sector en Colombia», comenta Javier Brenes, Director Ejecutivo de Cargill Proteína Colombia.
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Por otro lado, este año continuará marcado por el proceso de vacunación de COVID-19, la recuperación económica y por el incremento de costos en las importaciones de maíz, harina y frijol de soya.
Esto representa un gasto adicional, dado que en su mayoría las principales materias primas del sector son importadas. Asimismo, una de las principales apuestas del sector será llegar a los mercados internacionales, una oportunidad que está más cerca gracias al trabajo realizado por la industria a través de la implementación de medidas sanitarias.
«El país cuenta con todos los factores tanto zootécnicos como de costos para seguir creciendo y ofreciendo proteína a buen precio para las personas, así como la capacidad para afrontar los retos del mercado en cuanto a mantener y mejorar el estatus sanitario a través de la bioseguridad y el mejoramiento de la logística», afirma Brenes.
En cuanto a las tendencias del sector, de acuerdo con Cargill, para 2022 se destacarán iniciativas como la producción de carne libre de antibióticos, las prácticas de bienestar animal y la automatización o manejo de ambiente controlado en las aves, lo que permite obtener productos de mayor calidad e inocuidad en el país.
Para las operaciones, las prácticas replicables estarán enfocadas en la reducción de desperdicios, reducción de gases de efecto invernadero HGH (House Green Gases), reducción del consumo de agua disponible para procesamiento, así como en el fortalecimiento de las redes de distribución y comercialización, que permitan lograr costos más competitivos y sostenibles.
«En Cargill, estamos seguros de que invertir para mejorar la capacidad, las eficiencias y la calidad nos permitirá ser más competitivos y prepararnos para exportar, ya que Colombia tiene un gran potencial y nosotros nos sumamos para apoyar a que este se desarrolle», comenta Brenes.
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