Videocolumna Opinión | ¿Qué son los negocios bien hechos y cómo pueden las empresas hacerlos realidad?

El vicepresidente corporativo del Grupo Bancolombia aborda conceptos y estrategias para negocios bien hechos en el país.

Gobierno corporativo: espina dorsal de la perdurabilidad empresarial Imagen: Bancolombia
Julián Mora Gómez, vicepresidente Corporativo del Grupo Bancolombia, habla sobre las claves y el valor del gobierno corporativo/Imagen: Bancolombia

Por: Julián Mora Gómez, vicepresidente corporativo del Grupo Bancolombia

En un mundo desafiante, con consumidores cada vez más responsables, y una sociedad sensibilizada sobre los retos que enfrentamos como humanidad, el rol y el impacto positivo de las organizaciones como agentes de cambio no es solo una alternativa, sino una obligación que todos los líderes debemos priorizar.

En este proceso, debemos preguntarnos si nuestras organizaciones y negocios están centrados en el bienestar, y más allá de vender productos, si están enfocados en ayudarle a los clientes a lograr buenos resultados, beneficiando a la economía, el medioambiente y la sociedad ofreciendo soluciones.

Si bien todas las acciones corporativas están guiadas por un marco sólido de sostenibilidad, gran parte de la tarea también está dada por consolidar una estructura consistente que permita llevar a cabo negocios bien hechos fundamentados por la ética, la transparencia y la integridad.

En especial, porque en el país se crean en promedio más de 300.000 compañías al año. Pero también, porque Colombia y sus diferentes instituciones, tal como lo muestra la más reciente medición de Transparencia Internacional, enfrentan grandes desafíos de integridad al ser uno de los países con mayores niveles de corrupción con una evaluación de 40 puntos sobre 100 (siendo 100 el máximo nivel de transparencia).

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Con este panorama presente, y teniendo en cuenta que cada empresa es única en su esencia y no existe una fórmula mágica para alcanzar negocios competitivos, responsables y exitosos; si existen algunas claves universales que pueden impulsar que las organizaciones generen valor y se diferencien en medio de un contexto caracterizado por el cambio y la volatilidad. Entre estas:

  • Profundizar en el comportamiento humano para orientar acciones de beneficio colectivo, pues las ciencias de comportamiento han demostrado que las personas no siempre toman las decisiones más convenientes como consecuencia del impulso, el exceso de optimismo y una capacidad limitada para proyectar a futuro; por lo que las empresas pueden guiar decisiones que aporten al bienestar y progreso sobre una postura ética de lo que significa hacer negocios bien hechos.
  • Construir confianza, desde la entrega de información clara, oportuna y transparente con la que se fomente una comunicación abierta y cercana que permita la construcción de lazos de confianza en el largo plazo. Siempre, mediante una escucha activa y la demostración de un interés genuino por las necesidades y expectativas de las personas.
  • Ser conscientes del rol de la empresa, para no solo entregar productos y servicios que satisfagan las necesidades de las personas, sino generar acciones sostenibles que acompañen las operaciones y le retribuyan bienestar al entorno y la comunidad.
  • Propender por un actuar íntegro, en el que haya una voluntad permanente de operar bajo los valores del respeto, la honestidad, la justicia y la responsabilidad. Buscando que todas las decisiones corporativas y de los empleados respondan a las sensibilidades del mercado, las prioridades del negocio, las expectativas de los diferentes grupos de interés y, sobre todo, a límites éticos claros.
  • Estructurar un Gobierno Corporativo sólido, que facilite la toma de decisiones responsables, el fortalecimiento continuo del ambiente de control, la gestión integral de los riesgos, un estricto cumplimiento normativo, y una comunicación continua con los grupos de interés. Todo esto enmarcado en la transparencia absoluta y el cumplimiento de la ley.

En todo este proceso debemos recordar que las empresas son lo que las personas hacen de ellas, y para lograr que las organizaciones estén en la capacidad de consolidar negocios bien hechos que aporten al crecimiento, la sostenibilidad y el progreso, la principal clave está en el talento humano que las conforma. En aquellos seres talentosos, empáticos, responsables, conscientes y comprometidos con los desafíos que enfrentamos como humanidad, y que están dispuestos a movilizar acciones que lleven a los negocios a prosperar en el tiempo y a ser agentes de cambio en la sociedad.

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