“Creemos que una postura cautelosa todavía se justifica” en Brasil, advirtió el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley en un reporte enviado a sus clientes.
Primero, dijo, el crecimiento económico ha decepcionado hasta ahora en el 2018, y no espera que el sentimiento mejore significativamente en los próximos meses.
Segundo, no estima que las cifras fiscales mejoren mucho. El último déficit nominal de 12 meses se sitúa en el 7,4% del PIB en comparación con su expectativa de 7.5% para fin de año.
Por ello, la firma decidió reiterar su preferencia por el mercado de Argentina sobre el de Brasil, particularmente en las inversiones a 10 años de plazo.
El informe conocido por Valora Analitik señala que la economía brasileña “aún debería crecer este año, y creemos que el crecimiento será más fuerte que el año pasado, pero a un ritmo más lento de lo que originalmente esperábamos”.
Mientras cree que la parte de consumo de la economía continuará relativamente mejor, el crecimiento de las inversiones debería seguir siendo insatisfactorio.
Proyecta que la recuperación más débil de lo esperada de las inversiones también afectará marginalmente al consumidor a través de un debilitamiento del mercado de trabajo.
Con base en esos argumentos, decidió revisar su previsión de crecimiento hasta 2,7% desde 3,1% para 2018. Sin embargo, considera que todavía hay algunos riesgos a la baja para esta estimación dados los reciente datos macro.
De otro lado, en el informe se detalla que el ciclo de relajación monetaria ha terminado, principalmente debido a la reciente recuperación de la volatilidad del mercado.
La reciente tendencia mundial de un fortalecimiento del dólar ha afectado a todos los países de América Latina, incluidos Brasil, en donde se ha visto una depreciación de casi el 10% en el real durante el mes pasado.
“Si bien la situación de Brasil es diferente a la de episodios anteriores, esto ha creado suficientes nuevas presiones inflacionarias para reducir la posibilidad de que la inflación se mantenga sustancialmente por debajo del centro del rango objetivo para este año y el próximo”, expresó Morgan Stanley.
Los fundamentos materialmente mejores de Brasil ciertamente no pueden ser ignorados, agregó. Sin embargo, el final antes de lo esperado del ciclo de relajación monetaria proporciona un apoyo marginalmente menor para el crecimiento este año y el próximo también.
Elecciones
La incertidumbre electoral es la mayor fuente de dudas sobre el mediano plazo de Brasil, de acuerdo con el banco de inversión.
Mientras que los próximos trimestres deberían verse afectados por la incertidumbre de qué camino político tomará la administración entrante, más allá de las elecciones, el camino elegido será crítico para determinar la perspectiva a mediano plazo.
“Creemos que, si se mantiene la actual agenda de reformas, el crecimiento debería acelerarse a medida que las empresas decidan desplegar capital en proyectos greenfield que han sido pospuestos recientemente debido a la incertidumbre panorama”, añadió el documento.
Si las recientes reformas se estancan o, incluso peor, se invierten, la firma cree que el crecimiento podría desacelerarse aún más ya que una moneda más débil y una curva de rendimiento más pronunciada ajustarán las condiciones monetarias.
Si bien ahora estos son solo escenarios posibles, es esta dicotomía la que está detrás de las incertidumbres que están perjudicando el crecimiento.