La agencia calificadora de riesgo Moody’s lanzó un nuevo informe en el que analiza las finanzas, los retos y el futuro de las empresas petroleras de Colombia, Argentina, México y Brasil.
En el caso de Colombia, que tiene una calificación de parte de Moody’s en Baa2 con perspectiva negativa, dijo que Ecopetrol que “está priorizando la transición a energía limpia”.
Sin embargo, pese a la legislación ambiciosa para pasar a la energía sostenible, la calificadora asegura que sus planes de seguridad y transición energética a energías renovables les siguen generando incertidumbre a los inversionistas.
“El gobierno debe buscar un equilibrio entre la promoción de las energías renovables mientras también evalúa el futuro de los nuevos contratos de exploración de petróleo y gas, y la reducción del carbono mientras también garantiza un suministro local adecuado de gas natural ante las sequías y la disminución de las reservas”, se argumenta en el informe.
Y es que, si bien Colombia genera entre un 60 % y un 70 % de su electricidad a partir de la energía hidroeléctrica, para Moody’s las sequías hacen que esta sea menos confiable para la generación de energía del país que en el pasado.
“Estas complicaciones, incluida intervención del Gobierno en el sector energético, persistirán en 2024, especialmente ante el empeoramiento de los problemas de seguridad y las tensas relaciones con las comunidades locales, que ya han impedido proyectos de hidrocarburos y energía renovable”, sugiere.
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Por ejemplo, se evidencian casos como el de Canacol Energy que canceló su gasoducto Jobo-Medellín por cuestiones legales, sociales y de seguridad en torno al proyecto; o el de las comunidades impidieron que Enel accediera al parque eólico en La Guajira durante más del 50 % de los días de trabajo, lo que finalmente llevó a la suspensión del proyecto.
Asimismo, EDF Renewables Colombia se retiró de su proyecto de energía solar en Girardot (Cundinamarca) por retrasos en los permisos ambientales y cambios en las normas fiscales e industriales.
Todo lo anterior se enmarcan en un contexto en el que el petróleo representa el 32 % de las exportaciones totales de Colombia, y el carbón, el 18 %, y en el que -reitera Moody’s- el presidente, Gustavo Petro “ha prometido poner fin a la dependencia del país de los combustibles fósiles y se ha comprometido a dejar de conceder nuevas licencias de exploración petrolera”.
Así ve Moody’s a Ecopetrol y las demás petroleras principales de América Latina
El informe de Moody’s señala que las principales petroleras nacionales de América Latina (Pemex, Petrobras, Ecopetrol y YPF) tienen una exposición crediticia muy alta a los riesgos ambientales.
Según su sistema de puntuación ESG, el perfil de todas se encuentra en E-5; y todas también tienen indicadores de descarbonización (CTI, por sus siglas en inglés) de CT-8 o más.
CT-9, por ejemplo, como fue calificada Ecopetrol, cuenta con un riesgo “muy débil” a la descarbonización. Una puntuación de CT-9 o más suele indicar un modelo de negocio fundamentalmente inconsistente a largo plazo con la transición a una economía baja en carbono.
Pese a lo anterior. Moody’s resalta que “Ecopetrol tiene la política más sólida de las cuatro empresas y está menos expuesta a las emisiones, contrario a Pemex que es la de la máxima exposición a la descarbonización, reflejando que tienen muy poca diversificación de los gastos de capital.
Para 2024, Ecopetrol planea invertir entre US$6.000 y US$7.000 millones, casi la mitad de sus inversiones de capital en proyectos relacionados con la transición energética, y cuenta con fondos suficientes para ese nivel de inversión sin necesidad de contraer más deuda.
“Si bien Ecopetrol también planea financiar internamente sus inversiones de capital de 2025-2026, una ayuda del Gobierno para una transición energética más rápida aumentaría su necesidad de tomar deuda para mantener estas inversiones. Dependiendo del ritmo de implementación y las inversiones de capital, cualquier necesidad de contraer más deuda presionaría la calidad crediticia de la compañía”.