Minutas BanRep: decisiones de política monetaria se seguirían tomando con cautela

La mayoría de los codirectores coincidieron en que es conveniente hacer una pausa en el proceso de recorte de las tasas de interés

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Declaraciones del gerente del Banco de la República, Leonardo Villar (izq), y el ministro de Hacienda, Diego Guevara, al término de la Junta Directiva del 31 de enero. Foto: Banco de la República.

La Junta Directiva del de Colombia llegó a la conclusión de que es necesario monitorear y evaluar las recientes presiones inflacionarias y mantener la cautela en las decisiones de política monetaria para no poner en riesgo lo alcanzado hasta ahora.

Así lo dejan ver las minutas de la reunión del pasado 31 de enero, durante la cual los directores decidieron por mayoría mantener inalterada la tasa de interés de política monetaria en 9,5 %.

La inflación cerro 2024 en un 5,2 %, lo que significa una reducción de 8,1 puntos porcentuales (pp) desde marzo de 2023. La Junta del banco central resaltó los avances logrados y dejó ver que le apunta a que los precios al consumidor continúen convergiendo a su meta del 3 %.

Sin embargo, advirtieron que han aparecido retos relacionados con la aceleración de la inflación al productor (IPP), el aumento del salario mínimo para 2025, una tasa de cambio volátil, el contexto de incertidumbre en el frente fiscal y hasta un repunte reciente en todas las medidas de expectativas de inflación que hacen más exigente el avance.

En contraste, como indicadores de buenas noticias se mencionaron los registros de ocupación y tasa de desempleo, así como la expectativa de que el crecimiento económico siga mejorando y cierre 2025 en el 2,6 %.

Los codirectores que respaldaron que no se modificaran las tasas coincidieron en que es conveniente hacer una pausa en el proceso de recortes para dar un tiempo de espera que permita evaluar los efectos de la multiplicidad de choques recientes sobre la inflación y otras variables macroeconómicas.

Aquí destacan dos grandes riesgos: el creciente deterioro fiscal que limita el margen de maniobra de la política monetaria y la posibilidad de que el incremento del salario mínimo para 2025 refuerce la inercia de la inflación del grupo de servicios.

Algunos de los directores resaltaron que el financiamiento del déficit fiscal ha competido con los recursos que el sector privado requiere para financiar sus actividades, pues del total de recursos que llegaron al sector bancario casi la mitad fueron absorbidos por el financiamiento del Gobierno por medio de TES en 2024. 

“En años pasados, este agregado ha tenido una mayor persistencia que los demás, en buena medida, como resultado de la indexación de muchos de sus componentes al incremento del salario mínimo. La mayor inflación de los precios al productor plantea riesgos de una aceleración de la inflación en los rubros de bienes del IPC, cuyo comportamiento ha sido fundamental en la reducción de la inflación hasta el momento”, refieren las minutas.

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