El presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Francisco Ospina, asegura que la entidad y el sector, en general, está trabajando de manera responsable y silenciosa, con el fin de entregar las megaobras que vienen en Colombia.
Y no es para menos: recientemente, ha logrado importantes hitos como el inicio de obras de la Troncal Magdalena 1 (antigua Ruta del Sol 2) y en unas semanas entregará dos tramos clave de la conexión Bogotá – Girardot.
Al mismo tiempo, se prepara para contratar el corredor Timbío – Estanquillo, en la vía de Pasto a Popayán, y próximamente sacará a licitación el proyecto Villeta – Guaduas. Eso sí, allí no parará la cosa, pues incluirá avances en aeropuertos clave de Colombia y en la resurrección de los ferrocarriles nacionales.
En esta entrevista con Valora Analitik, realizada en el Congreso de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, el presidente de la ANI destapa las megaobras que se vienen en Colombia y habla de algunas vías en problemas.
La ANI ya publicó los prepliegos del corredor Timbío – El Estanquillo. ¿Por qué es tan importante para el sur de Colombia?
Todos estos proyectos terminan siendo el complemento de una red vial que funciona como arterias en el cuerpo humano y que, para poder ser eficientes, necesitan terminar de concretarse.
Poder conectar a Ecuador con Bogotá en dobles calzadas, que posibilite el transporte de carga en unos tiempos previsibles, es una necesidad para todos.
Esa conexión Colombia – Ecuador, si lo analizamos desde hace 10 años hacia acá, estaba limitada desde Cali hacia el sur y ahí empezaron una tareas con la primera Malla Vial del Valle y ahora la segunda, pero también con Santander de Quilichao – Popayán y Pasto Rumichaca, y ahora con este proyecto de doble calzada, que llevaría a acercar Pasto con Popayán.
Finalmente, se van cerrando esas brechas pendientes en capacidad vial, que para nosotros es muy estratégico.
Recordemos lo que pasó en Rosas, Cauca, donde hay unas situaciones geológicas importantes y esta ruta que prevemos es paralela a ese punto, con lo cual estamos haciéndole el ‘quite’ a unos puntos geológicamente inestables y vamos a conectar más a la gente de esa región del país con el centro.
¿Cuándo puede quedar contratada?
Faltan aún algunas gestiones con las entidades. Los prepliegos se publican para que la industria observe cuáles van a ser las condiciones de oferta y tengan tiempo de prepararse, generar su capacidad y estamos en trámite de concretar una consulta previa adicional que se debe cerrar en los próximos 15 días con una comunidad de la zona de El Tambo.
Una vez tengamos esta comunidad terminada, cerramos los números y empezamos a gestionar las autorizaciones del modelo económico y de producción del fondo contingente ante (Ministerio de) Hacienda; el comparador público – privado con DNP (Planeación Nacional) y el Conpes y Confis necesarios.
Todo eso toma unos dos o tres meses más, entonces la publicación es una expectativa y manda el mensaje a los privados para que se preparen, adecúen sus empresas, busquen su financiadores.
De esta forma, una vez lancemos el proyecto, realmente tengan la capacidad de presentarse y haya pluralidad de oferentes, que es lo que realmente más nos interesa en este proceso.
A propósito de oferentes, en la licitación para el aeropuerto de San Andrés hubo varios proponentes, pero al final se declaró desierta…
Es lamentable para nosotros y teníamos toda la fe de que pudiera ser adjudicado. No obstante, no se cumplen los requisitos para la adjudicación, pese a que hubo tres proponentes habilitados y unos pliegos estables, que se aclararon oportunamente y con los tiempos claros para que la gente pudiese hacer sus preguntas y tuviera las respuestas. En eso debo ser absolutamente claro.
Finalmente, por razones que desconocemos y que hacen parte de la intimidad empresarial, en algunos casos no pudieron presentar sus pólizas y otro presentó una oferta que está por encima del presupuesto máximo para la adjudicación.
¿Qué sigue ahora? En su momento, se presentaron otras iniciativas privadas y estamos consultando a los originadores si tienen interés en seguir adelante. El originador de la iniciativa privada que se declaró desierta podría volver a presentarse si fuera su deseo, aunque en este momento pasaría a la cola de las otras.
En cualquier caso, esperaríamos que este fuera un proceso mucho más expedito. Tal vez hay que actualizar el modelo económico, en 10 meses cambian muchas cosas y eso es lo que pasaría, pero de nuestra parte en la ANI quisiéramos seguir avanzando nuevamente en un proceso de iniciativa privada.
Eso hace parte de las discusiones que hay pendientes con la señora ministra (María Constanza García) y el director de la Aerocivil (Sergio París), con quienes vamos a hacer un plan para atender las necesidades del aeropuerto inmediato a la espera de que se pueda madurar el proyecto de iniciativa privada.
En otro tema, Autopistas del Caribe está pendiente de poder cobrar el peaje de Turbaco. ¿Qué sigue desde la ANI para este megaproyecto?
Estamos en conversaciones con el concesionario y nuestra vocación es entregar infraestructura. Pero entendemos y el señor presidente (Gustavo Petro) lo ha dicho, los proyectos que se ejecutan son los proyectos que la gente soporta.
En este caso, hay que ser claros que los diferentes actores de la región han manifestado la inconveniencia en algunos casos de usar la fuerza para poner un peaje.
Claramente, nosotros no estamos en esa línea, así que estamos en conversaciones con el concesionario. Yo creo que hasta que no haya algo concreto, las conversaciones deben ser muy confidenciales.
Estamos tratando de definir el futuro, entendiendo que lo peor que puede pasar es tener un proyecto que no avance, que se quede congelado. El proyecto debe avanzar y empezar su construcción o debe tener un desenlace.
Pasando a mejores noticias, ya comenzaron las de la Troncal Magdalena 1 y se vienen entregas clave en el Tercer Carril Bogotá – Girardot. ¿A qué responde esto?
Nosotros estamos trabajando de manera muy responsable y muy silenciosa, porque nuestro fin último es poder entregar infraestructura al servicio de la gente.
Esto es el resultado de un trabajo mancomunado en asociación con los privados y estamos convencidos de que estas empresas, que son socias de la agencia, son indispensables, son necesarias.
El modelo es exitoso en Colombia y eso no quita que haya controversias; las contemplan los contratos y esperamos que podamos resolver muchas de estas. Pero en los casos en los que no sea posible, que sean los tribunales los que lo definan.
En todo caso, para nosotros es una maravillosa noticia y vienen muchas más que dejamos que poco a poco se vayan madurando y hasta que no sean una realidad no las tratamos. Pero estas no son casualidades, es un trabajo conjunto entre los privados, la ANI, el Ministerio de Transporte, varias entidades del Gobierno Nacional, que llevará a que cerremos el año con un avance cercano al 90 % en el programa de vías 4G.
Además, vamos a tener cuatro de los seis proyectos 5G en construcción y tendremos el reto grande de sacar los dos restantes en Bogotá. Nos faltaría ALO Sur y Accesos Norte 2, pero esperamos que en el primer semestre del 2025 esto esté absolutamente solucionado.
Accesos Norte 2 tiene pendiente su licencia ambiental, pero ¿qué le falta a ALO Sur?
Particularmente, tiene un tema predial por un predio que es patrimonio cultural, entonces estamos haciendo la gestión con la Alcaldía de Bogotá para que pueda desenglobarse el predio con patrimonio y se pueda extraer el predio que tiene patrimonio.
Por ahí no pasaría la vida, no tocaríamos ningún predio que tenga alguna protección de orden cultural y podríamos usar el tramo restante.
En eso estamos y también estamos convencidos de que una vez este proyecto arranque va a tener una alta velocidad y mantener una inercia grande de construcción, porque ya tienen unas capacidades en la zona que son muy importantes para que avance rápidamente.
Volviendo a la vía Bogotá – Girardot, aún quedará pendiente resolver las obras que se realizarán en el sector de la Nariz del Diablo. ¿Cómo lo ven en la ANI?
La prioridad era resolver las necesidades inmediatas para poder dar una mejor movilidad en la época fin de año. En ese supuesto, este año pasamos del 44 % casi al 80 % de avance general.
Vamos a duplicar el avance de obra y una de las tareas que tendremos pendientes -además de la actividad de la unidad funcional que pasa por Granada que será la que estará pendiente- será determinar el futuro de la unidad funcional dos.
Hay que aclarar que esta suponía un cierre de toda esa zona (vía por la Nariz del Diablo) durante 26 meses, pero eso es absolutamente inviable. Así que sí, estamos en negociación con ellos.
Queremos poder ofrecerle a esa región mejor movilidad, que los turistas a final de año puedan viajar por la vía con confianza. Sí tenemos una discusión, que no hemos abordado a fondo porque priorizamos poder resolver los problemas más inmediatos que tenía la vía, pero seguramente vamos a trabajar en el tema.
¿Llegó la hora de sacar a licitación el esperado tramo Villeta – Guaduas de la vía entre Bogotá y Medellín?
Yo le pongo mucha fe a eso que usted dice. Estamos trabajando con el Gobierno para lograrlo y podríamos tener una muy buena noticia en corto plazo frente a Villeta – Guaduas.
¿Qué megaobras se vienen para aeropuertos en Colombia?
La ANI está en el proceso de contratar las consultorías (análisis de factibilidad) para los aeropuertos El Dorado Max y Bayunca -que servirá a Cartagena-.
Naturalmente, de prefactibilidad a factibilidad cambian muchos detalles, los proyectos se refinan y se aterrizan muchas cosas. Hay cambios importantes, pero el concepto general de la propuesta El Dorado Max es básicamente lo que se ha venido discutiendo desde hace varios años.
Nosotros estamos con el gran reto de poder lograr que el proyecto se publique y ojalá se adjudique en este gobierno, respetando los términos de ley.
Tenemos mucha fe de que lo aeroportuario crezca y creo que no hay que limitarlo a las iniciativas privadas nuevas, que naturalmente son el centro de la estrategia aeroportuaria en lo que se viene, sino también a algunos cambios en la actualización de la infraestructura de lo que hoy se está ejecutando.
El próximo año vamos a tener varios aeropuertos en modernización y actualización, derivado de gestiones que estamos haciendo en la actualidad. No las voy a adelantar hasta que no sean concretas, pero básicamente se darán en aeropuertos de Bogotá, Suroriente (Cali y otros) y Centro Norte, que incluye a Rionegro y sus derivados.
Actualmente, en Bogotá se están aplicando $250.000 millones en inversiones y se va a ir actualizando y adecuando esa infraestructura mientras se empiezan a aplicar las iniciativas privadas.
Esta es nueva infraestructura, como la tecnología Biomig, puntos de self check in, nuevas bandas de equipaje, etc. En general, son una serie de intervenciones importantísimas para, por ejemplo, pasar en Rionegro de 12 – 13 millones de capacidad de pasajeros a 17 millones con la misma concesión.
¿Cómo van las megaobras para revivir los trenes y ferrocarriles en Colombia?
El 20 de diciembre vamos a ver cuáles son los reales interesados para el corredor La Dorada – Chiriguaná y el 13 de febrero estimamos tener la adjudicación.
De otros proyectos, hoy estamos en el 98 % del corredor del Pacífico en la prefactibilidad y en 88 % en la conexión de Bogotá con el Corredor Férreo Central (de La Dorada a Chiriguaná).
Eso esperamos terminarlo entre noviembre y diciembre, y en enero o máximo febrero deberían empezar las factibilidades de estos dos corredores. A su vez, estas factibilidades esperamos tenerlas para inicios del 2026 y queremos poder cerrar los procesos con la publicación de los pliegos.
Las iniciativas públicas toman cinco meses desde que se publican hasta que se adjudican, con lo cual esperamos tener las adjudicaciones a inicios del segundo semestre de 2026.
En paralelo, estamos trabajando con unas inversiones en obra pública por $2,1 billones para actualizar la infraestructura que ya existe.