
Mark Carney ganó la votación para convertirse en líder del Partido Liberal canadiense, actualmente en el Gobierno, y sucederá a Justin Trudeau como primer ministro.
Carney, de 59 años, estuvo al frente del Banco de Canadá durante la crisis financiera de 2008 y dirigió el Banco de Inglaterra durante el Brexit. Su victoria fue contundente con el 85,9 % de los votos en una elección que reunió a cerca de 150.000 miembros del partido. Sucederá a Justin Trudeau, quien en enero anunció su dimisión tras más de nueve años en el poder y un desplome en su índice de aprobación.
Pese a su trayectoria en el mundo financiero, esta es la primera vez que Carney asume un cargo electo. Su llegada al poder se produce en un contexto desafiante, marcado por la crisis interna del Partido Liberal y una creciente tensión con Estados Unidos y su política arancelaria.
«Hay alguien que está tratando de debilitar nuestra economía», afirmó Carney en su discurso de victoria, en referencia a Trump. Sus palabras fueron recibidas con abucheos por parte de los asistentes. «Está atacando a los trabajadores, las familias y las empresas canadienses. No podemos dejar que triunfe», añadió.
Asimismo, dejó claro que su gobierno adoptará una postura firme en la defensa de los intereses canadienses. «Estados Unidos no es Canadá, y Canadá nunca, jamás, será parte de Estados Unidos. No pedimos esta pelea, pero los canadienses siempre están listos cuando alguien más se rinde», afirmó, aludiendo a las tensiones comerciales con Washington.
Por su parte, Trudeau se mostró orgulloso del legado de su gobierno, pero advirtió sobre los tiempos difíciles que enfrenta el país. «Este es un momento que define a la nación. La democracia no es algo garantizado. La libertad no es algo garantizado. Ni siquiera Canadá es algo garantizado», señaló en su intervención antes del anuncio de su sucesor.
Aún no se ha confirmado la fecha en la que Carney asumirá formalmente el cargo, pero se espera que en los próximos días sostenga reuniones con Trudeau para concretar la transición.
En el horizonte inmediato, Carney deberá preparar al país para las próximas elecciones generales, mientras enfrenta los desafíos económicos derivados de las políticas comerciales de Trump. Con una economía dependiente de las exportaciones, el nuevo primer ministro ha dejado claro que no cederá ante las presiones estadounidenses. «Mi Gobierno mantendrá nuestros aranceles hasta que los estadounidenses nos muestren respeto», sentenció.
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