El presidente de Colombia, Gustavo Petro, insiste en la idea de modificar el Marco Fiscal de Mediano Plazo para atender otras prioridades del país: el cumplimiento del punto número uno del Acuerdo de Paz y lo que esto implica en materia de compra de tierras para redistribuirlas entre víctimas del conflicto.
Petro, en su momento, explicó que esta iniciativa llevaría a que Colombia viera fuertes cambios en términos de prioridad del gasto, lo que empujaría al país a revisar sus metas de deuda, por ejemplo, contenidas en el Marco Fiscal.
Cálculos del actual Gobierno dan cuenta de que el cumplimiento de la redistribución de tierras en el país demandaría entre $30 y $60 billones. Y, en ese sentido, el presidente Petro ha manifestado que el actual Marco Fiscal de Mediano Plazo es una piedra en el camino. Por lo que la propuesta es “romper” con ese plan y fijar nuevas prioridades.
¿Conveniencia?
Varios han sido los analistas que se han pronunciado sobre las declaraciones del presidente Petro. La pregunta que prima es de dónde se van a sacar los recursos que dice el Gobierno se requieren y cómo esa iniciativa afectaría las metas de deuda que tiene el país en el mediano plazo.
Partiendo de la base de que el Marco Fiscal contiene el análisis y proyecciones sobre el comportamiento económico del país, a mediano plazo, no sería descabellado pensar en que este se actualice con la llegada de un nuevo Gobierno, incluso cuando el más reciente Marco Fiscal se hubiera hecho público hace cuatro meses, así lo advierte el economista y profesor de la Universidad del Rosario, Alejandro Useche.
Para el experto es necesario entender que si el presidente Petro busca un nuevo Marco Fiscal es porque, a juicio de su administración, existen supuestos y realidades que cambian respecto a la visión de la anterior administración.
Ahora, el llamado de atención, indica Useche, es que habría que analizar con más cuidado el término “romper” el Marco Fiscal. Toda vez que habría que asumir esa “ruptura” más bien como un «ajuste necesario», en la medida en que el Marco Fiscal actual es planteado por el anterior gobierno.
“Este cambio si bien responde a las nuevas realidades debe ser muy prudente pues no se pueden rebosar los topes en materia de déficit fiscal que impliquen mayores niveles de deuda o que resulten, de alguna manera, insostenibles. Que no sea vea un momento en el que se llegará a un equilibrio de la deuda es un cuidado clave cuando lo que se busca es recuperar el grado de inversión”, agregó el analista.
La visión externa: ¿y las calificadoras?
Buena parte del Marco Fiscal también habría que entenderla como una suerte de carta de presentación del país ante las calificadoras de riesgo. Es este documento el que sirve para establecer qué senda de estabilización de la deuda, y la reducción de la misma, va a liderar el país.
Por ejemplo, el más reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo, presentado por el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, expone que la deuda neta del nivel central se reducirá en 2022 en 4,3 puntos porcentuales del PIB frente a 2021, alcanzando 56,5 % del PIB. Dato cercano al ancla definido en la Regla Fiscal (55 % del PIB), y 10,5 puntos porcentuales por debajo de lo proyectado un año atrás.
Aunque el escenario ya ha venido cambiando, dicho por el actual ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, toda vez que esa meta de llegar 55 % se va a demorar un poco más de lo previsto.
En entrevista con Valora Analitik, tanto Fitch Ratings, como Moody’s, destacaron que, en el marco de la senda del comportamiento de la deuda del país, se ve que Colombia está en un proceso de estabilización de la misma, pero todavía no hay rasgos significativos de que esa descienda con fuerza.
Justamente cumplir con el objetivo de, más allá de nivelar la deuda, reducirla, condiciona recuperar el grado de inversión. Ahora, escenarios en los que la tendencia sea contraria, las calificadoras evidenciarían nuevas presiones para las finanzas públicas del país.
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“No es raro que el presidente hable de esto, pero hay que tener cuidado con los límites que esperan los organismos internacionales. Habrá que esperar también lo que ocurra con la reforma tributaria, pues se necesitan más montos de recaudo para la compra de tierras en Colombia”, complementó Useche
¿Es posible modificar el Marco Fiscal en Colombia?
Sí es posible, pero depende de algunas variables. Henry Amorocho, profesor de Hacienda, Tributación y Presupuesto Público de la Universidad del Rosario, explica cuáles son los escenarios en los que el país podría entrar a un proceso de revisión del Marco Fiscal.
El académico dice que el Macro Fiscal es un instrumento que la ley orgánica del presupuesto prevé para hacer el parámetro de los cálculos, de las estimaciones tanto de ingresos como gastos, en un lapso de cero a 11 años. Y el Presupuesto, a su vez, es una estimación de rentas y autorización de apropiaciones.
“Si se reformulara el proceso del Marco Fiscal debería haber una razón: o que las rentas tuvieran problemas de cálculo o que las apropiaciones superaran las expectativas”, complementa Amorocho.
Bajo el actual contexto, el académico advierte que si la reformulación del Marco Fiscal se hace en el proceso de estudio del Presupuesto es posible lograrla, pues hacen falta dos trámites: debates en plenarias.
Pero hay un condicional complejo: la meta de gasto ya no se podría modificar, pues se aprobó el 15 de septiembre, entendiendo también que el Marco Fiscal puede ser flexible en la medida en que su trámite y cambios que se hagan mediante el mismo estamento.
Ahora, advierte Amorocho, si el Marco Fiscal llegara a reformarse un vez aprobado el Presupuesto General de la Nación en el Congreso, se “tendría que solicitar una modificación al Presupuesto del año 2023 y esperar a la primera sesión ordinaria del año entrante”.
En todo caso, los analistas concuerdan en decir que esa modificación del Marco Fiscal sería procedente en la media en que hubiese los instrumentos y los recursos que le sustentaran.