El gobierno de Venezuela, bajo la dirección de Nicolás Maduro, anunció una reducción temporal de la jornada laboral en la administración pública debido a la «emergencia climática» que ha afectado los niveles de los embalses esenciales para la producción de energía eléctrica en el país.
Por ello, desde el próximo lunes las personas del sector público trabajarán solo tres días a la semana o un total de 13,5 horas.
En ese sentido, a partir del lunes 24 de marzo de 2025, los empleados públicos trabajarán en un horario reducido de 8:00 a.m. a 12:30 p.m., implementando un esquema denominado «1×1», que alterna un día laborable con un día no laborable. Esta medida estará vigente durante seis semanas y afecta a ministerios, gobernaciones, alcaldías y otros entes del Estado.
«Durante el día laborable, los trabajadores públicos complementarán su horario especial apoyando el fortalecimiento de las salas de autogobierno comunal, cumpliendo labores inherentes a la consolidación de los circuitos comunales como órganos fundamentales del poder popular», señala el comunicado oficial.
¿Por qué se tomó la decisión de reducir la jornada laboral en Venezuela?
El Ministerio de Energía Eléctrica atribuye esta decisión al aumento de temperaturas a nivel mundial, que ha provocado una disminución en los niveles de agua de los embalses que generan la energía eléctrica en la región andina.
Sin embargo, expertos señalan que la crisis eléctrica también es resultado de años de abandono, corrupción y falta de inversión en el sistema eléctrico nacional.
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Es importante destacar que las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, mantendrán su horario regular sin modificaciones, a pesar del ajuste en la jornada laboral de la administración pública.
El gobierno pedido a la población adoptar medidas adicionales para el ahorro energético, como ajustar la temperatura de los aires acondicionados, aprovechar la luz natural y desconectar aparatos electrónicos cuando no estén en uso.
La reducción de la jornada laboral busca mitigar los efectos del descenso del caudal en los embalses y evitar cortes eléctricos prolongados, aunque su efectividad dependerá de diversos factores, incluyendo las condiciones climáticas y las acciones gubernamentales para mejorar el sistema eléctrico nacional.
