La dirigente Liz Truss fue nombrada este lunes como próxima primera ministra de Reino Unido, ganando la carrera por el liderazgo del gobernante Partido Conservador y en relevo de Boris Johnson quien dejó el cargo hace poco más de un mes. Ver más noticias económicas internacionales
Tras semanas de una contienda por el liderazgo del partido, que enfrentó a Truss con Rishi Sunak, exministro de Economía, Truss se impuso en una votación de los miembros del Partido Conservador.
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El anuncio supone el inicio del relevo de Johnson, quien se vio obligado a anunciar su dimisión en julio tras meses de escándalos que mermaron el apoyo a su gestión.
El martes, Johnson viajará a Escocia para reunirse con la reina Isabel II y presentar oficialmente su dimisión. Truss le seguirá y la monarca le pedirá que forme Gobierno.
Truss, quien era desde hace tiempo la favorita en la carrera para sustituir a Johnson, deberá asumir la dirigencia del Reino Unido en un momento en que enfrenta una inflación disparada que alcanzó el 10,1 % en julio.
Truss, de 47 años, ha prometido actuar con rapidez para atajar la crisis del coste de la vida en el Reino Unido y ha afirmado que en el plazo de una semana presentará un plan para hacer frente a la subida de las facturas de energía y asegurar el futuro suministro de combustible.
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Durante su campaña, dijo que desafiaría la convención eliminando las subidas de impuestos y recortando otros gravámenes que, según algunos economistas, alimentarían la inflación.
Esto, sumado a su promesa de revisar las competencias del Banco de Inglaterra y proteger su independencia, ha llevado a algunos inversores a alejarse de la libra y vender los bonos del Estado.
Kwasi Kwarteng, que es el favorito para ser su ministro de Economía, trató de calmar a los mercados el lunes, afirmando en un artículo en el periódico Financial Times que con Truss sería necesario «cierta relajación fiscal», pero que su administración actuaría de «forma fiscalmente responsable».
Truss ha dicho que nombrará un gabinete fuerte, prescindiendo de lo que una fuente cercana a ella llamó un «estilo presidencial» de gobernar y tendrá que trabajar duro para ganarse a algunos legisladores de su partido que habían apoyado a Sunak en la carrera.
Según el Institute for Government, Truss tendrá un punto de partida más débil que cualquiera de sus predecesores, ya que no era la opción más popular entre los legisladores de su partido.