Las licencias ambientales en Colombia para los diferentes proyectos energéticos siguen siendo un ‘dolor de cabeza’ para la industria y los beneficiarios de éstos: pues se han convertido en una de las principales razones por las que estas iniciativas se atrasan, derivando en altos riesgos para la seguridad energética del país.
Este problema ha afectado a empresas que producen energías renovables, petróleo y gas natural -incluso, en el offshore, en donde se supone están las apuestas para garantizar autosuficiencia energética de Colombia-.
Frente a esto, el country manager de Petrobras Colombia, Rodrigo Costa, se refirió, no solo a las operaciones de la compañía en materia de exploración de hidrocarburos en el mar Caribe colombiano, sino en cómo los procesos y licencias ambientales se han convertido en la ‘piedra en el zapato’ para sacar adelante cada proyecto.
De acuerdo con el vocero de Petrobras Colombia, el gas natural costa afuera de Colombia tiene una calidad importante (es seco y limpio), además, de gozar de una muy baja huella de carbón. “Casi que listo para llevarlo a generar energía; ahí hay una gran oportunidad de desarrollo clave”, precisó.
Y destacó que, en Colombia, la compañía ha estado estudiando el offshore hace 18 años. “Junto con nuestro socio Ecopetrol, hemos hecho cuatro perforaciones. En 2022 tuvimos el hallazgo de gas natural importante -en el pozo Uchuva-1-, y siguiendo con la evaluación estaremos haciendo la perforación del segundo pozo de evaluación en mayo y se espera que la conclusión de este ejercicio la tengamos en noviembre”.
Después de la etapa de evaluación, la compañía está trabajando en el proyecto de desarrollo de su producción. “(…) Estamos paralelizando mucho la exploración con el desarrollo, justamente, para disminuir los riesgos y tener garantías en el mercado de Colombia”, señaló Rodrigo Costa.
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“Las cosas están marchando, pero hay cosas que se necesitan para ponerle más velocidad a los proyectos”, manifestó Costa en el Congreso de Naturgas.
Para el country manager de Petrobras Colombia, hay aspectos que se deben tener en cuenta para ponerle acelerador a las iniciativas energéticas en el país:
En primer lugar, los permisos ambientales. “Si hacemos una estimativa del proyecto, tenemos la necesidad de las licencias ambientales. Una vez que tengamos estos permisos sí podemos producir gas”, indicó el experto.
Agregó que este punto es de los más sensibles para la industria en términos de plazo, pueses son necesarias para la posterior producción y comercialización de los energéticos.
En segundo lugar, también son clave las adaptaciones en las infraestructuras para tener más flexibilidad de las distintas fuentes potenciales que tiene Colombia.
Otra empresa preocupada por las licencias ambientales en Colombia
Para el presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), Juan Ricardo Ortega, Colectora es el primer paso de un futuro mucho más promisorio para La Guajira y Colombia, por lo que esta línea, una vez construida, debe servir como base para nuevas tecnologías mucho más modernas y eficientes para la transmisión de energía.
Que, además, estimulen en mayor medida la inversión en generación de energías limpias que suplirán en el futuro las crecientes necesidades energéticas.
Por lo anterior, el presidente del GEB declaró que la compañía se compromete a entregar, “cueste lo que cueste”, construida la línea Colectora en un lapso de 100 semanas a partir de que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) otorgue los permisos para empezar la fase constructiva del tramo Cuestecitas – Colectora del proyecto.
No obstante, Ortega instó a un diálogo que permita dar la discusión sobre los cambios regulatorios que necesita el sector eléctrico en Colombia, significativamente afectado por la capacidad de que pequeños grupos de la sociedad, en distintas zonas del país, para bloquear proyectos tanto de generación como de transmisión y las barreras burocráticas en temas de licenciamiento ambiental.
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“Tenemos que cambiar la forma en que se regula y en la que se aprueban las licencias ambientales de estos proyectos. No tiene sentido que una regulación que estaba hecha para prevenir el derrame de petróleo o la contaminación de la minería, se le aplique a un proyecto eólico, solar o a una línea de transmisión. Bloquear lo que puede solucionar los problemas es castrarnos la posibilidad de aprovechar la oportunidad que tenemos”, afirmó.
Sobre esto, el presidente del GEB fue reiterativo en apuntar que la construcción de líneas de transmisión es un elemento crítico para garantizar el futuro energético del país y asegurar una transición energética, así como el desarrollo socio-económico con una oferta de energía suficiente para atender la demanda de nuevas industrias, principalmente tecnológicas, y proyectos estratégicos.
¿Qué dice el Gobierno Nacional?
La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, recientemente se refirió a la gestión del Gobierno Nacional con las licencias ambientales.
“La premisa: la transición energética está parada en el Gobierno el licenciamiento ambiental de la ANLA, ha sido una percepción producto de algunas empresas -muy pocas, tal vez, dos o tres- con licencias que la Autoridad ha archivado, pero que han tenido un realce mediático”, manifestó la funcionaria.
Según la ministra, haciendo un comparativo histórico, desde que se dio vía a la transición energética -con la ley que generó los habilitantes-, la ANLA ha entregado 40 licencias para proyectos de generación de energías renovables y sus líneas de transmisión.
“En el Gobierno del presidente Duque, en cuatro años, se entregaron 21 permisos de estos 40. Y, en el año y ocho meses que llevamos en este Gobierno, entregamos 19 licencias ambientales. En este momento en la ANLA hay siete en proceso de aprobación o de evaluación”, informó Muhamad.
Agregó que lo anterior implica que se han entregado 2,1 gigavatios de energía renovable adicionales y, en general, “se han licenciado 5,3 gigavatios en lo que va de la ANLA. Hay nueve licencias en trámite y hay, durante todo este Gobierno, archivadas cuatro”.
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El director de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), Rodrigo Negrete, en Colombia Genera, había dicho que la entidad se preparaba para sacar un proyecto de ley que impulse los procesos de licencias ambientales en el país.
«Es un gran reto, estamos apenas en los primeros ejercicios, pero vamos a trabajar el proceso de licenciamiento ambiental. Es claro que el Estado tiene que brindar información que hoy está dispersa y no tiene nivel de detalle. Hay unos problemas de escala graves y tenemos una cantidad de institutos que tienen que generar la información», indicó Negrete.
Según el funcionario, lo que se ha hecho es puntualizar la información específica en un área determinada, sin olvidar la integralidad. «Ahí es donde entra el tema del impacto, debemos cambiar eso. Si eso lo logramos, y lo sacamos como un proyecto de ley, vamos a alivianar las cargas a las empresas en los estudios que tienen que presentar de impacto ambiental y nivelar la base de la información».
De acuerdo con el líder de la ANLA, esto llevaría a una reducción frente a la exigencia ambiental, asociado al conocimiento del territorio para que el estudio sea más «liviano» y más concreto frente a la descripción del proyecto y a su impacto.
El conocimiento del territorio, según estimaciones de la ANLA, va a hacer que la entidad pueda resolver con mejores tiempos que los actuales.
